La música nos acompaña en muchos momentos a lo largo de nuestra vida. “La vida sin música sería un error”, dijo un filósofo, y lo cierto es que hay un ritmo, un estilo y un tono para cada uno de nuestros momentos emocionales y estados anímicos. Pocas experiencias más completas, envolventes y totales que el de estar escuchando nuestra canción favorita, o una melodía que nos despierta sentimientos, recuerdos del pasado o, simplemente, nos impulsa a bailar de forma descontrolada. Y como no podía ser de otra forma en esta nuestra era de la ciencia, hace ya mucho que los científicos se esmeran en desvelar qué sucede en nuestro cerebro cuando escuchamos música y cómo influye eso en nuestro organismo y nuestro comportamiento.
La cuestión no es solamente que la música nos acompañe cuando sentimos ciertas emociones, sino que es capaz de inducir a sentir una u otra cosa, según cuál sea la canción y el estilo de la música que estemos escuchando. La música nos cambia la cara, eso está clara, pero un grupo de neurocientíficos de la Universidad de Turku, en Finlandia, se propusieron descubrir si también nos cambiaba la actividad cerebral, y de qué modo. ¿Es posible saber qué tipo de música está escuchando una persona solamente a través de las ondas que emite su cerebro? La respuesta parece ser afirmativa.
5El cerebro ante la música y las películas
Los resultados sugieren que las emociones evocadas por la película y por la música están basadas en diferentes mecanismos del cerebro. Al menos parcialmente. Esto significa que los estímulos auditivos se procesan por un lado y los visuales por otro distinto. Las películas, por ejemplo, activan las zonas más profundas del cerebro, que son las mismas que suelen ponerse en funcionamiento cuando experimentamos emociones en situaciones de la vida real.
Escuchar música, sin embargo, no activa de forma tan intensa dichas zonas de nuestro sistema nervioso. Esto puede deberse a que las películas tienen la capacidad de reproducir o imitar la vida de forma más fiel. Por eso, tiene un mayor poder de evocar emociones y despertar esos mecanismos cerebrales de la emoción. Por el contrario, las emociones inducidas por la música están basadas en características acústicas y están más condicionadas por influencias culturales y por la historia personal de cada persona.