El buen rollo navideño le ha durado a Cayetano Rivera (43) lo que los españoles tardamos en comernos las uvas, un suspiro. El diestro ha comenzado 2021 con un enfado monumental, y de dimensiones épicas.
Os ponemos en situación. Era una mañana en la que frío arreciaba la capital hispalense. El diestro y marido de Eva González se dirigió a casa de su hermano Kiko Rivera y lo hacía acompañado de su hijo, Cayetano.
Tras pasar un rato distendido en compañía de Kiko, su cuñada, Irene Rosales, y sus sobrinas, Ana y Carlota, en el que primaron las risas y las confidencias, Cayetano salió del domicilio cargado de ‘malas pulgas’ ante la presencia de la prensa que le esperaba en la puerta. «Oye por favor, hombre por favor. Oye por favor, no estáis respetando la intimidad de mi hijo«. A lo que añadió «¿Vosotros creéis q esto es normal? ¿Tenéis hijos? ¿Os gustaría que sufriesen este acoso? Pensadlo un poquito», espetó con cierto hastío y mucha molestia.
El motivo de este enfado no es otro que a Cayetano no le gustó nada que a su hijo lo grabasen las cámaras y, en un afán por preservar la intimidad del pequeño, no dudó en expresar verbalmente su malestar por la situación que estaba viviendo, dejando patente el mal humor con el que ha puesto el pie en los inicios de 2021.