De todos es sabido que la relación entre Doña Sofía y la Reina Letizia no ha pasado por su mejor momento en los últimos años. Todos recordamos las famosas imágenes de hace tres años a la salida de la Catedral de Palma en la que la mujer de Don Felipe VI se interponía en medio de su suegra y sus hijas para que los fotógrafos no capturasen aquel momento. Algo que todavía no entendemos, pero que fue un detalle feo por su parte del que se habló de manera internacional.
Y es que siempre ha habido rumores que han asegurado que Doña Sofía no era partidaria de que su hijo se casara con una mujer divorciada, periodista y de ideologías políticas contrarias a la Monarquía… al menos, esto es lo siempre ha llevado Doña Letizia en la sombra.
Parece que este año han arrimado posturas y sí en algo han estado de acuerdo las dos mujeres más influyentes de Casa Real es en la negativa de permitir que Don Juan Carlos I acabe con la Monarquía española. Consiguió que el pueblo español saliera de la dictadura implantando la democracia, pero sus tejemanejes le han llevado a lo peor. Al declive más inmediato.
Y es que Doña Sofía y la Reina Letizia, a pesar de no gozar de una muy buena relación saben lo complicado que es mantener una buena imagen en Casa Real y sobre todo, conseguir el respeto del pueblo español. Por eso, ambas han estado luchando durante todo el año para mostrar su mejor cara y demostrar que todavía quedan personas con responsabilidad y fundamentos en esa Casa Real que poco a poco de desmorona.
Una situación que nunca nos imaginaríamos, pero que las dos saben que lo mejor que puede ocurrir es que ambas sigan adelante con el lavado de imagen que están llevando a cabo. Y es que la emérita ha tenido que tragarse sus palabras porque Doña Letizia ha demostrado ser lo que nunca jamás pensaron que sería: uno de los pilares fundamentales de la Corona.