Este jueves, día 31 de diciembre, la Puerta Santa de la Catedral de Santiago volverá a abrirse, por primera vez en 11 años, para dar comienzo al Año Santo 2021, un jubileo que arranca en una Catedral rehabilitada y en medio de una pandemia sin precedentes.
El inicio de este Año Santo, en el que todos los sectores buscan un elemento dinamizador para Galicia tras la crisis de la covid-19, se producirá, de hecho, en una ciudad cerrada perimetralmente a causa de las medidas para prevenir la expansión de la covid-19, que golpea de forma especial a la capital gallega.
Pero ni esta situación retrasará la apertura del Jubileo Compostelano, como comprometió en su día el Arzobispo de Santiago que, sin cerrar la posibilidad que la Santa Sede pueda establecer una prórroga especial por la situación excepcional, garantizó que esta celebración arrancará, como es tradicional, con el inicio del año en el que el 25 de julio, día de Santiago Apóstol, recae en domingo.
Y es que este es uno de los Años Santos más esperados de los últimos tiempos, ya que se produce tras el periodo sin Jubileos más largo de la cadencia, 11 años. A las expectativas para «el mejor Xacobeo de la historia», como se planeaba, se suman ahora los deseos de que funcione como reactivador de muchos sectores afectados por la covid-19.
UNA CATEDRAL REHABILITADA
Uno de los elementos de mayor atractivo para los peregrinos y visitantes que lleguen a Galicia este Año Santo –una vez que las restricciones de movilidad lo permitan–, será el encontrarse con una Catedral totalmente rehabilitada, que ultima estos días sus últimos detalles.
A la restauración del Pórtico de la Gloria, que se prolongó por una década, y a la limpieza y restauración de las torres y la fachada del Obradoiro, se suma una completa rehabilitación de las cubiertas de la basílica y del interior de la misma, su altar y sus frescos, que la han mantenido vacía los últimos meses y cerrada las últimas semanas.
Con la intención de preservar esta Catedral «reinaugurada» que recibirá a los peregrinos del Año Santo 2021, este jueves se cambiará ligeramente el rito tradicional de apertura de Puerta Santa. En esta ocasión no se construirá el muro de piedra tras las puertas para, simbólicamente, tirarlo de un golpe de martillo.
Para prevenir la generación de polvo en el interior de la iglesia, este año el arzobispo, Julián Barrio, golpeará con un martillo de plata la propia puerta para luego abrirla con una llave y dar por inaugurado el Jubileo.
Asimismo, todo el proceso se verá condicionado por la pandemia de covid-19, que obliga a establecer limitaciones de aforo tanto en el interior de la Catedral como en la Praza da Quintana para seguir la ceremonia, a la que solo puede acudirse previa retirada de invitación.
UN XACOBEO MARCADO POR LA COVID
Si hay un elemento diferenciador que marcará el arranque del primer Xacobeo en 11 años es la influencia que la covid-19 tendrá durante los próximos meses en la peregrinación.
Y es que estos condicionamientos arrancan de la circunstancia de que Santiago de Compostela estará, de hecho, cerrada perimetralmente, al menos, durante los primeros días de este Año Santo, aunque posiblemente esta medida pueda extenderse.
Con ello, una vez reanudada la movilidad –que está vetada entre comunidades hasta el 6 de enero– y si no se producen cambios por parte de los expertos que asesoran a la Xunta, la capital gallega acogerá el inicio de esta celebración con una medida que impide entrar o salir de ella excepto para motivos justificados.
Del mismo modo, la covid-19 se ha llevado, por el momento, uno de los ritos más apreciados por los peregrinos, el tradicional abrazo al Apóstol Santiago, que todavía no hay fecha para recuperar.
Albergues y servicios para caminantes han llevado a cabo a contrarreloj durante los últimos meses un proceso acelerado de adaptación y actualización de sistemas para garantizar la seguridad sanitaria de los peregrinos, con las que esperan paliar el miedo a moverse a causa de la pandemia.
Con todos estos ingredientes, la Catedral de Santiago volverá a acoger este 31 de diciembre, como desde hace siglos, la ceremonia solemne de apertura de su Puerta Santa para, tras más de una década de espera, inaugurar uno de los Años Santos más singulares de la historia.