En un año especialmente complicado para los Rivera-Pantoja, los hermanos Francisco, Cayetano y Kiko han demostrado que son una verdadera piña ante las adversidades sobre todo en unas fechas tan señaladas como estas. Aprovechando la ocasión para reunirse con sus respectivas familias el 25 de diciembre, la familia al completo se dio cita años después en un conocido restaurante de Castilleja de la Cuesta, localidad sevillana donde reside el Dj, en el que aprovecharon para demostrarle a Isabel Pantoja que están dispuestos a llegar hasta el final.
Mientras que la tonadillera está pasando estas fiestas sola en Cantora sin el apoyo de ninguno de sus hijos, Kiko Rivera demuestra que sí que cuenta con el apoyo de sus hermanos Fran y Cayetano con los que ha logrado forjar una unión cada día más sólida. Así, después de ver la reunión familiar a través de sus respectivas cuentas de Instagram, ahora por fin podemos ver las imágenes de la Navidad más especial para los hijos de Paquirri, que terminan el año demostrando que, para ellos, la familia sí es lo más importante. Y, después de varios años sin celebrar estas fechas juntos, ahora han retomado las buenas costumbres. Y es que no hay mal que por bien no venga, y el distanciamiento con su madre ha servido al músico para recuperar por fin esa ansiada relación con sus hermanos.
Además de los tres hermanos, también sus respectivas mujeres e hijos acudieron a la cita. Francisco Rivera llegó al encuentro conduciendo su propio coche en compañía de su mujer Lourdes Montes y sus hijos Carmen y Curro. Por su parte Cayetano Rivera hacía lo mismo junto a Eva González y el pequeño Cayetano. Con el apoyo incondicional de su mujer Irene Rosales, Kiko Rivera acudió a la comida junto a sus hijos Ana, Carlota y Fran, el hijo que tiene junto a Jessica Bueno.
Dejando de lado los rumores que apuntaban a que existía un distanciamiento entre Francisco y Cayetano o que las cuñadas, Eva y Lourdes, no se llevaban del todo bien, la familia al completo dejó claro que la Navidad es una fecha especial en la que disfrutar de la familia a pesar de los desencuentros.