Es la misma historia de siempre todas las navidades. La cuesta de enero, para muchos, no se nota solamente en el bolsillo. También se deja sentir en la báscula y en la dieta, que por lo general nos lleva a luchar por purgar los excesos alimenticios de estas fechas. Ya han pasado dos de las grandes comilonas de las fiestas, que son la cena de Nochebuena y la comida de Navidad, pero aún queda Nochevieja, Año Nuevo, Reyes…Varias ocasiones ideales para dejarnos llevar y seguir ganando kilos. Por eso, es imposible disfrutar de los turrones sin pensar qué es lo que haremos en unas semanas para remediar estos excesos de azúcares y calorías.
Habrá quien tenga ya la costumbre y la carrerilla cogida y el mismo 6 de enero empiece ya a alimentarse a base de repollo y brócoli. Lo cierto es que a la mayoría de los mortales nos cuesta pasar de la despreocupación y los atracones navideños a la angustia de la báscula y la desescalada de kilos. Lo mejor para conseguir bajar esos kilos de más es organizarse, mentalizarse de lo que está por venir y tener muy claro qué vamos a hacer y cómo vamos a hacerlo. Si lo dejamos todo para última hora, si no prevemos el modo en que queremos deshacernos de estas calorías, nos va a resultar mucho más difícil conseguirlo. Aquí te contamos cómo puedes ponerte a dieta en enero para dejar atrás los excesos propios de la Navidad.
4¿Ayuno intermitente?
En los últimos años se ha puesto de moda esta dieta del ayuno intermitente, que promete que podemos perder dos o tres kilos en una semana más o menos. Esta dieta consiste, básicamente, en una modalidad que alterna períodos de alimentación y abstención de alimentos. Pero, antes de nada, mucho ojo. Hay ciertas personas para las que no está en absoluto recomendado seguir esta metodología: mujeres embarazadas y personas con problemas médicos como trastornos alimenticios o diabetes.
Lo que aconsejan los gurús de esta dieta es concentrar la ingesta de calorías diarias en un rango de tres a doce horas. Lo ideal sería que cada uno crease un plan de ayuno ajustado a su estilo de vida. También, por supuesto, a su estado de salud y de forma física y a su fortaleza psicológica para llevar a cabo el ayuno. Y es que la parte psicológica es una de las más difíciles para sobrellevar esta rutina. Una de las modalidades más populares de ayuno intermitente es la del 16:8. Es decir, ayunar 16 horas y comer en las ocho restantes del día las calorías que nuestro cuerpo necesita.