Cinco recetas infalibles para aprovechar las sobras de Nochebuena y Navidad

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Como solemos tener el ojo más grande que el estómago, tras las comidas de Nochebuena y Navidad se quedan en la nevera un sinfín de restos de platos en fiambreras, de productos a medio gastar y de botellas abiertas. Con la que está cayendo este año no resulta muy lógico ponerse a tirar comida, así que vamos a enumerarte algunas recetas de aprovechamiento que te ayudarán a sacarle el mejor partido a tus sobras navideñas.

La cocina de aprovechamiento es cada día más necesaria. A la escasez de recursos naturales del planeta -algo que cada día va a peor- se suman unos malos hábitos de consumo que agravan todavía más el problema. Solo en nuestro país, cada año más de 7 millones de toneladas de comida terminan en la basura. El equivalente a 77 estadios de fútbol llenos, para que te hagas una idea. 

Y si durante todo el año más de un tercio de la comida que se produce en el mundo se desecha, en Navidades aún más. Por eso hoy, para demostrarte que reciclar comida no está reñido con la calidad y sabor de nuestros platos, te traemos seis recetas increíbles para aprovechar todo aquello que te sobró de Nochebuena y Navidad.

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CREMA DE LANGOSTINO

¿Compraste más langostinos de la cuenta para Nochebuena y Navidad y ahora no te caben en la nevera? No te preocupes, este producto versátil puede cocinarse de mil maneras, y hoy vamos a darte un par de ellas. La primera es en forma de crema, un caldo ligero pero delicioso que aportará una opción de cuchara muy interesante para tus menús.

Necesitarás medio kilo de langostinos, dos tomates frescos, una zanahoria, dos dientes de ajo, medio pimiento rojo, un litro de caldo de pescado, medio vaso de vino blanco, aceite, sal, pimienta y perejil.

Para elaborar esta crema tendrás que picar muy bien picados el tomate, la cebolla, la zanahoria, el pimiento y los ajos. Freirás todo durante cinco minutos y luego le añadirás los langostinos pelados y el caldo de pecado. En otra cazuela ponemos el tomate con un poco de pan y vino blanco. Dejamos que reduzca todo por 20 minutos, mezclamos el contenido de ambos recipientes y trituramos todo hasta conseguir una textura uniforme.