Para los amantes del café esta será una pregunta fácil de resolver, pero para los que no somos tan amantes del mismo, este será un artículo muy interesante. La elaboración de un buen café es un arte, y por ello el hecho de dejarlo enfriar y volver a recalentarlo podría considerarse un sacrilegio. Uno de los aspectos básicos que se deben cuidar en una buena taza de café es la temperatura, ya que esta bebida debe tomarse bien caliente. Sin embargo, es muy común terminarnos el café cuando ya está bastante frío. Veamos por qué recalentar el café es lo peor que podemos hacer.
Seamos sinceros, el café por la mañana si no lo tomamos caliente es un aviso de que el día va a ir solamente cuesta abajo y sin frenos. Es por esto por lo que también hemos recabado algo de información sobre cómo recalentar el café lo menos mal posible si es que no tenemos otro remedio.
Veamos cuáles son los motivos para no recalentar el café:
1El café
Los baristas profesionales explican que el café se compone aproximadamente de un 28% de materia soluble, la cual está contenida en los granos de café tostado. El 72% restante es fibra celulosa que no se disuelve en agua en condiciones normales de preparación. Esta última materia está compuesta por partículas que en realidad no tienen sabor, pero son perceptibles y producen variadas sensaciones en la boca, este es el denominado cuerpo del café. Por otra parte, la materia que sí se disuelve está compuesta por carbohidratos, azúcares, ácidos y lípidos, los cuales se encargan de dotar de sabor y consistencia a nuestra taza de café mañanera.
Cuando hacemos café, lo sometemos a un proceso en el que se producen determinadas reacciones químicas que dotan a la taza de café de su característico sabor y aroma. Sin embargo, con los cambios de temperatura, el café y su composición cambian, lo que hace cambiar también su sabor.