Por qué los villancicos pueden acabar con tu salud mental

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Hay que reconocer que los villancicos tienen su parte entrañable. Estas entrañables cancioncillas navideñas nos ponen nostálgicos, también un poco tiernos y hacen aflorar en nosotros eso que llaman “espíritu navideño”. Escuchar estas canciones nos remite sin remedio a recuerdos de la infancia, las cabalgatas de los Reyes Magos, los regalos, la familia, el hogar…Todo fantástico, muy bonito, con un árbol de Navidad precioso en el salón mientras está nevando en la calle. Todos los tópicos navideños de anuncio de Coca Cola, por decirlo de forma que se entienda.

Solo nos faltaba que nos tocase la lotería. Pero volvamos a los villancicos. Y es que, es necesario reconocerlo, llega un punto en el que empiezan a resultar fatigosos. Están bien los días previos a la Navidad, y en pequeñas dosis durante los días de las fiestas. Pero los empachos son malos, tanto de mazapanes y turrones como de villancicos. Cuando nos pasamos de mazapanes y turrones lo sufrimos en el estómago, pero las sobredosis de villancicos las notamos en nuestra salud mental y en nuestro estado de ánimo. Los médicos dicen que todo ha de tomarse con moderación, y habría que preguntarles en estas fechas: ¿los villancicos también?

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Fatiga cognitiva

villancico

Entonces, nos preguntamos todos: ¿cuál es el punto medio?, ¿cuánto debemos escuchar villancicos para que nos pongan optimistas pero sin llegar a hartarnos de ellos y volvernos locos? Es un equilibrio difícil, y depende en buena medida de las condiciones y de las circunstancias de cada uno. Si, por lo que sea, tú estás ejerciendo de pinchadiscos en algún lugar público, ten esto en cuenta: no aburras a la gente, no pongas cientos de veces la misma canción una y otra vez, por el bien de todos. Ten un poco de espíritu navideño también en esto.

La fatiga cognitiva que ello genera puede ser muy duro para algunas personas. Intenta variar un poco las canciones, no te repitas, cambia de estilo y, además, no subas el volumen más de la cuenta. Seguro que hay mucha gente que te lo agradecerá. Sino, siempre puedes recurrir al silencio, que no es tan malo y nadie se muere por no escuchar música durante un rato. Piensa en la salud mental de los demás, no pongas por decimocuarta vez “Los peces en el río”.

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