En las últimas actuaciones de Lionel Messi con el FC Barcelona queda más claro que, aunque su futuro aún no esté para nada aclarado, el argentino no quiere rendirse y de irse tampoco quiere irse dejando un mal recuerdo en los aficionados, por eso se ha esforzado al máximo para dejar muestras de gran calidad. En los triunfos ante Real Sociedad y Valladolid se le vio muy implicado, más contra los pucelanos ante los que colaboró con un golazo. Si bien los gestos y buen juego del argentino levantan mucho los ánimos de los barcelonistas, la realidad es que parece muy poco probable que alargue su contrato.
Aunque en los últimos días se esté dando más esperanzas en algunos medios de que podría quedarse, los problemas de Messi con el club solo se resolvieron parcialmente con la salida de Jose Maria Bartomeu; todavía siguen sin contar con un proyecto ganador y con un presidente nuevo que prepare el camino hacia nuevos éxitos, algo que quiere el rosarino más que nada. Todo apunta a que el argentino saldrá en verano y desde enero se le verá negociando con varios clubes; el problema es que esa salida dejará un fuerte impacto negativo en la entidad blaugrana.
La ruina que dejaría Messi al salir
Todos los candidatos tienen propuestas y promesas de fichajes algo distintas, pero todos coinciden en que lo más importante es mantener a Messi en el equipo. La cosas es que la esperanza poco a poco se va desvaneciendo con el correr de los días y los más sensatos ya piensan en la enorme ficha que se ahorrarían con el adiós del argentino. Esos 100 millones de euros brutos anuales con los que podrían contar, le permitirían al equipo reforzarse mejor de cara al futuro; pero es que aún marchándose le daría un último golpe a las arcas del club.
Algunos medios de prensa hablan de que una de las últimas «gracias» que dejó Bartomeu es que en el contrato de Messi exista un finiquito de 30 millones de euros. Una cláusula que al parecer el jugador no piensa perdonar por nada ni por nadie si es que finalmente se marcha con el final de si contrato en junio de 2021. Algunos como Xavi o Iniesta también contaron con esta cláusula, pero en sus casos el finiquito fue de unos 12 millones de euros; la cantidad destinada para el rosarino dejaría más en quiebra a un equipo ya muy golpeado económicamente, lo que sin duda los seguirá retrasando en su renovación.
Un nuevo rumbo con más éxitos
Si bien todos destacan que Messi nunca se ha movido por dinero, la verdad es que no piensa renunciar a su estatus de ser uno de los mejores pagados del planeta. En un hipotético nuevo contrato con el Barcelona no estaría dispuesto a rebajarse la ficha, un hecho que todos los candidatos consideran vital para estabilizar las cuentas del club; pero es que además de lo económico, lo que realmente hace que quiera salir en busca de algo mejor es la poca fiabilidad deportiva que inspira el Barça.
Las irregularidades en le equipo están más patentes que nunca; porque bien pueden tener grandes actuaciones, pero después palman por un mal juego, como ante el Valencia, o por errores tontos, como ante el Cádiz. Messi sabe que el club podría tener un buen futuro con jugadores de talento como Pedri, Ansu Fati o De Jong, si consiguen recuperarlo; pero él no tiene la edad suficiente como para esperar a que estos maduren lo suficiente para causar verdadero temor en Europa. Él quiere ganar ahora al menos una Champions League más y eso es algo que en el Barcelona no podrá hacer. El futuro lo aleja de los blaugranas y al hacerlo dejará un último golpe económico que dolerá como pocos tienen idea.