Jordi Cruz se ha hecho un personaje muy conocido para el público por ser el miembro del jurado más crítico de todas las versiones de Masterchef. Sin embargo, la trayectoria del catalán es intachable y ha conseguido ser uno de los cocineros más importantes del país. El otro día se anunciaron las Estrellas Michelín de 2021 y Jordi Cruz, además de revalidar las tres que posee en su restaurante ABaC, consiguió la primera en su nuevo establecimiento, A Tempo.
Pero la vida del cocinero no ha sido un cuento de hadas y le ha costado mucho conseguir todo este éxito profesional. Por este motivo, te vamos a contar cómo Jordi Cruz pasó de ser un delincuente juvenil a ser un crack ‘crítico’ de la cocina.
3LA MALA RELACIÓN CON SU PADRE
A Jordi Cruz se le tacha de ser serio, distante, borde y hasta de chulo y pretencioso. Pero debajo de esa capa exterior que le protege, el verdadero Jordi tiene sentimientos y, de vez en cuando, los expresa. Una de las cosas que más le ha marcado en su vida ha sido la difícil relación con su padre.
El padre de Jordi Cruz tenía el mismo carácter que el cocinero y apenas compartían muestras de afecto entre ellos: «Yo soy de silicona. Tengo la misma enfermedad que mi padre, no saber sentir. Nunca me dijo te quiero, ni yo a él». Todo cambió cuando al padre del jurado de Masterchef le diagnosticaron alzheimer. Antes de que el hombre falleciera por la enfermedad, Jordi Cruz miró a los ojos de su padre y le dijo por fin «te quiero«.
Aunque el progenitor del cocinero apenas mostrara sus sentimientos, no quería decir que no estaba orgulloso de su hijo. Y es que el patriarca guardaba todas las veces que su hijo salía en los periódicos en un álbum de recortes.