La Sociedad Española de Biología del Desarrollo (SEBD) ha otorgado el ‘Premio José Luis Gómez Skarmeta a la excelencia científica en biología del desarrollo’ al investigador del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (IBBTEC) Álvaro Rada, junto al también científico Manuel Irimia, del Centre for Genomic Regulation (CRG) de Barcelona.
El galardón, que reconoce los méritos y el liderazgo de científicos de ese ámbito con menos de siete años de trayectoria independiente, está dotado con 5.000 euros para gastos asociados a la actividad del grupo de investigación del premiado, ha informado la Universidad de Cantabria (UC) este martes en nota de prensa.
En su primera edición, este premio ha sido concedido ex aequo a Rada y a Irimia. Una decisión que ha dado a conocer el jurado -integrado por cinco expertos de reconocido prestigio en el área de Biología del Desarrollo- durante el Congreso de la SEBD de 2020, que se ha celebrado recientemente de forma online.
Rada, que lidera el grupo de investigación ‘Regulación transcripcional en el desarrollo y enfermedades congénitas’, ha recibido el premio «con mucha ilusión», especialmente «por llevar el nombre de un gran científico al que admiraba enormemente y que también era un amigo», ha explicado.
En este sentido, ha señalado que el fallecimiento de Gómez Skarmeta en septiembre de este año «ha supuesto una pérdida enorme a nivel personal y profesional» y, por tanto, se trata de «un premio muy especial», también por compartirlo con otro científico al que, según ha dicho, admira y le une la amistad.
Este galardón reconoce la trayectoria científica de Rada, que durante los últimos años ha realizado varios hallazgos en el laboratorio «para identificar secuencias reguladoras que, estando fuera de los genes, permiten establecer los patrones de expresión génica durante el desarrollo y son útiles para entender los mecanismos de las enfermedades humanas».
«Son resultados con gran impacto, estrategias universales que están siendo muy usadas para identificar estas secuencias», ha explicado.
Finalmente, el investigador ha reconocido que «aunque recibir premios no es algo que esperemos o por lo que nos dedicamos a la investigación a todos nos gusta que se reconozca nuestro trabajo. Y, por supuesto, anima, no solo a mí sino también a la gente de mi laboratorio», ha manifestado.
A su juicio, una de las «pocas cosas buenas» de la pandemia es que ha dado «visibilidad» al trabajo de los científicos. «Que la sociedad entienda que no es un hobby, sino algo que puede tener utilidad y repercusión, sobre todo si apostamos por la ciencia a largo plazo», ha sentenciado.