El Ministerio de Asuntos Exteriores de China ha calificado este lunes de «frívolas» y «difamatorias» las acusaciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la responsabilidad del Gobierno de Pekín en los ataques informáticos de los que supuestamente algunas administraciones y oficinas estadounidenses están siendo víctimas en los últimos meses.
«La acusación de Estados Unidos es frívola y contradictoria y está impulsada por una agenda política para difamar y culpar a China. Nos oponemos a tales prácticas», ha expresado el portavoz de Exteriores, Wang Wenbin, durante una conferencia de prensa.
«China es un firme defensor de la seguridad cibernética y también una de las principales víctimas de la piratería. Estados Unidos, con su pobre historial, no está en posición de señalar con el dedo a otros países», ha dicho.
«Esto no corresponde al estatus internacional de Estados Unidos. Esperamos que adopte una posición más responsable en el tema de la ciberseguridad», ha añadido el portavoz Wang, quien ha criticado la «politización» que Washington viene haciendo desde hace «mucho tiempo» en asuntos sobre esta materia.
En las últimas semanas, Estados Unidos viene alertando de un aumento de los ataques de los que algunas de sus oficinas estarían siendo víctimas. Si bien los piratas informáticos rusos, en supuesta connivencia con el Gobierno de Moscú, han centrado las acusaciones de Washington, hace unos días Trump no solo restó importancia a estos asuntos, sino que deslizó que fue cosa de Pekín.
«El jaqueo es mucho mayor en los medios de noticias falsas que en la actualidad», escribió Trump en su cuenta de Twitter, en la que señaló que «todo está bajo control» en relación a este asunto.
«Rusia, Rusia, Rusia es el cántico preferido cuando algo sucede por parte de los fracasados medios de comunicación, que por razones financieras están petrificados por el debate sobre la posibilidad de que fuera China (¡puede que lo sea!)», añadió.
Trump aprovechó la ocasión para escribir a continuación que estos supuestos ataques también podrían haber afectado a las «ridículas máquinas de votación» durante las presidenciales, en las que, asegura, «eso obvió» que tuvo «una gran victoria», alentando así una vez más las teorías conspirativas de que fue víctima de un fraude electoral en las recientes elecciones.
Horas antes de que Trump volviera a utilizar sus redes sociales para dar rienda a suelta a sus teorías, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, aseguró que «ahora» Washington puede decir «con bastante claridad que fueron los rusos quienes participaron en este suceso».
Las acusaciones que llegan a Rusia desde la Casa Blanca han sido condenadas por las autoridades del Kremlin, quienes no sólo han negado la mayor, sino que también han recordado como Washington todavía no ha respondido a una propuesta del presidente ruso, Vladimir Putin, de «concertar y firmar un acuerdo de cooperación en el ámbito de la seguridad cibernética y la seguridad de la información».