América Latina y el Caribe ha sido la región del mundo en desarrollo más golpeada por la pandemia de Covid-19, con proyecciones que apuntan a que sufrirá su peor crisis económica en 120 años, con una caída del Producto Interior Bruto (PIB) del 7,7% en 2020, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de Naciones Unidas.
Según informes de varios organismos, las consecuencias del brote vírico serán graves para un continente latinoamericano que entró en crisis con problemas estructurales, como un bajo crecimiento, una alta desigualdad y un limitado espacio fiscal. De hecho, la propia Cepal proyecta un aumento significativo de la tasa de desempleo, hasta el 10,7% en 2020, así como una profunda caída de la participación laboral y un incremento considerable de la pobreza y la desigualdad.
En este escenario, la deuda de algunos países de la región ha aumentado de forma abrupta, lo que podría suponer la entrada en una crisis de deuda soberana en 2021.
«Sí, hay riesgo de deuda soberana para algunos países», ha advertido el jefe para América Latina y el Caribe del Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Sebastián Nieto Parra.
En declaraciones el representante de la OCDE ha explicado que algunos países «están fuertemente endeudados» tras la pandemia.
En concreto, Nieto Parra ha señalado el caso de los países caribeños. «Ya estaban golpeados por el riesgo climático, son economías que venían con un choque importante por el lado climático y se suma esta crisis con choques fundamentales para actividades como el turismo, que es fundamental para estas islas que ya venían con un proceso de endeudamiento alto, de deuda pública cercana al 100% del PIB», apunta el jefe para América Latina y el Caribe, quien ha apostillado que la situación con respecto a la deuda para estas islas, con un nivel de recaudación tributaria relativamente bajo, será «muy difícil» de mantener la solvencia.
En este contexto, Nieto ha subrayado que antes de caer en crisis de deuda soberana, se necesitará un conjunto de soluciones de acciones coordinadas a nivel internacional. «Sin duda necesitamos una muy buena coordinación a nivel internacional para la senda de la deuda pública. Es verdad que algunos países pueden caer en una crisis de deuda soberana en 2021, al salir de esta crisis social y económica entrará una crisis de deuda y eso es lo que debemos evitar», ha alertado Nieto.
Así, el representante de la OCDE ha manifestado que las soluciones no solo deberán limitarse a acciones ligadas a la renta per cápita que se centren en los países de menores ingresos. Además, ha señalado que será necesario un diálogo inclusivo en el que interactúen los acreedores públicos y privados, además de la banca multilateral.
«En el caso de América Latina, vemos que hay Américas Latinas», ha apuntado Nieto, quien se ha referido a algunos países que ya venían con problemas de solvencia antes de la crisis, como es el caso de Ecuador o Argentina, mientras que otros han aumentado mucho su endeudamiento y en los que sus acreedores son principalmente públicos, como es el caso del Caribe.
Por otra parte, el representante de la OCDE ha indicado que también existen otros países que tienen sus acreedores privados, sobre todo en América del Sur y algunos países de América Central, donde el endeudamiento ha crecido fuertemente con la crisis, aunque todavía pueden acceder a los mercados financieros.
Sin embargo, estos «entran en 2021 con una situación fiscal difícil», por lo que «un diálogo en la mesa con acreedores privados» será necesario y en el que se verán diferentes opciones como moratorias, alivio de la deuda o vehículos especiales para financiar la crisis.
BAJA RECAUDACIÓN TRIBUTARIA
En este contexto, Nieto ha destacado que los niveles de recaudación tributaria en América Latina y el Caribe son relativamente bajos, en torno a un 23% del PIB frente al 34% de la media de la OCDE, una cifra difícil de cambiar en la situación actual.
«Es muy difícil en esta recuperación tomar las recomendaciones que teníamos hace dos años en materia de política tributaria», ha apuntado Nieto, quien ha resaltado que, pese al panorama actual, sí hay margen de mejora en algunos aspectos de la políticas tributaria, y en particular en las políticas contra la evasión de impuestos a nivel nacional e internacional.
Así, Nieto ha defendido que se paguen los impuestos «donde se están generando ingresos». Además, ha informado de que otras acciones importantes en materia tributaria estarán relacionadas con una mejor información por parte de las administraciones tributarias sobre el pago de los impuestos, ya que «muchas veces no es un tema de evasión de impuestos, sino es un tema de falta de información adecuada sobre el pago».
El jefe para América Latina y el Caribe ha puesto de relieve la importancia de avanzar en medidas que ayuden a generar una mayor recaudación por el lado de gastos tributarios ineficientes que no han generado valor agregado, una situación que varía en función del país.
LA INFORMALIDAD AFECTA A MÁS DEL 55% DE LOS TRABAJADORES LATINOS
Otro factor inherente a América Latina y Caribe es la informalidad, una situación que afecta a entre el 55% y el 57% de los trabajadores de la región que no cuentan con un sistema de protección social.
«Estamos hablando de algo que caracteriza más de la mitad de los trabajadores en América Latina», ha subrayado Nieto, quien ha recordado que la pandemia ha dejado lecciones para el futuro en este aspecto, como son el rediseño de las políticas laborales en pro de la formalización.
Nieto ha apostillado que esto «va más allá de políticas de asistencia social» y se tendrán que estudiar estrategias productivas que ayuden a generar empleo formal y que creen valor añadido en América Latina. «Las políticas tienen que ir más allá de la regulación del mercado laboral», ha agregado.
«Esta crisis va a agudizar el problema porque algunas empresas caerán en quiebra, algunas personas que cotizaban van a dejar de cotizar y nos recuerda la importancia de tratar eso con un marco comprensivo», ha alertado Nieto.
En este contexto, el representante de la OCDE ha incidido en la importancia de la digitalización, que pondrá en riesgo más del 20% de los puestos de trabajo en la región si no se toman las acciones necesarias. Así, Nieto ha subrayado la importancia de diseñar planes de digitalización para reducir las brechas entre la población.