La opinión sobre el aborto de María Pombo y otras polémicas de las influencers

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A los influencers no les pagan por hablar ni por opinar, aunque a veces a ellos les apetezca hacerlo. No es ningún secreto que estos muchachos no son precisamente unos prodigios intelectuales, por lo que no es extrañar que metan la pata con cierta frecuencia. O, simplemente, que sus palabras sean polémicas o mal interpretadas o poco afortunadas en un momento dado. Por supuesto que cada uno debe poder decir lo que le venga en gana, pero teniendo cientos de miles, o incluso millones de seguidores, las repercusiones no se hacen esperar. Es el caso, por ejemplo, de la madrileña María Pombo.

Los influencers son un espécimen social relativamente reciente. Cierto que antes existían los modelos y otras figuras del mundillo rosa, pero no se trata exactamente de lo mismo. Esos personajes del mundo predigital dependían de un tercero para poder expresarse: una revista del corazón, un programa de televisión o lo que fuera. Ahora los influencers, por así decirlo, tienen línea directa con su público y no hay nadie que haga de intermediador entre sus palabras y el mundo. Y a veces, claro, la cosa sale mal. Estos son algunos de los casos.

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Mar Torres pasa de la cuarentena

supervivientes

Mar Torres es una modelo e influencer que, hasta hace poco, era la pareja de Froilán, el sobrino del rey Felipe VI. A ella le importa poco todo lo que sucede a su alrededor, como por ejemplo la cuarentena decretada entre marzo y mayo por la pandemia del coronavirus. En medio de aquel confinamiento generalizado, a Mar Torres le pareció una buena idea pasar de la cuarentena e irse a casa de una amiga a tomarse un vino, pues era su cumpleaños y no hay nada en este mundo más importante que eso.  

Por si no fuera suficiente, Torres compartió un vídeo en Instagram para justificar su decisión. En él argumentaba que su amiga vive a menos de 200 metros de su casa, y que era como si “hubiera ido a comprar algo a la farmacia”. Los comentarios negativos no se hicieron esperar, e incluso Victoria Federica, la hermana de Froilán, le reprochó su actitud: «¡Borderline!». 

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