A partir de cierta, el estado de nuestra tensión arterial empieza a ser un problema frecuente y cotidiano. Una preocupación que no podemos desatender, por nuestro propio bienestar, y de la que debemos estar siempre muy pendientes. Es una condena y una maldición del paso del tiempo, pero no nos queda más remedio que adaptarnos si queremos tener una madurez más o menos larga, saludable y agradable. Y, para ello, disponer de una correcta información y de conocimientos adecuados puede ser de gran ayuda para sobrellevar esta situación de la mejor forma posible.
La tensión es mala que esté muy alta y es mala si está muy baja. Como ya sabían los sabios de la era clásica, la virtud (y la salud) está siempre en el punto medio. En cada situación es necesario saber si lo que debemos hacer es provocar una bajada de la tensión arterial o, por el contrario, incrementarla un poco para que no se quede en un nivel más bajo del recomendado. Aquí vamos a ver cómo conseguir esto último en cuestión de pocos minutos.
5Lo que hay que evitar
Cuando te encuentres en un momento en el que tu tensión baja y sientas los síntomas hay una serie de cosas que no debes hacer. Evita a todo el calor, intenta resguardarte del sol y, si estás en una casa con una temperatura elevada, puedes abrir la ventana para que corra brisa. Las altas temperaturas no harán más que empeorar la situación. El calor produce una vasodilatación que disminuye la temperatura del cuerpo.
Olvídate también de consumir alcohol de ningún tipo. Las bebidas etílicas, ya sean destiladas o fermentadas, tienen un efecto vasodilatador, hacen que la sangre sea más líquida e influyen de forma directa en la presión arterial. Por último, conviene que evites los movimientos bruscos y los cambios de posición rápidos. Teniendo la tensión baja eso te puede provocar una sensación de aturdimiento, mareos o un desmayo potencial.