A partir de cierta, el estado de nuestra tensión arterial empieza a ser un problema frecuente y cotidiano. Una preocupación que no podemos desatender, por nuestro propio bienestar, y de la que debemos estar siempre muy pendientes. Es una condena y una maldición del paso del tiempo, pero no nos queda más remedio que adaptarnos si queremos tener una madurez más o menos larga, saludable y agradable. Y, para ello, disponer de una correcta información y de conocimientos adecuados puede ser de gran ayuda para sobrellevar esta situación de la mejor forma posible.
La tensión es mala que esté muy alta y es mala si está muy baja. Como ya sabían los sabios de la era clásica, la virtud (y la salud) está siempre en el punto medio. En cada situación es necesario saber si lo que debemos hacer es provocar una bajada de la tensión arterial o, por el contrario, incrementarla un poco para que no se quede en un nivel más bajo del recomendado. Aquí vamos a ver cómo conseguir esto último en cuestión de pocos minutos.
3Alimentos que ayudan
Aunque no causen una subida inmediata de la presión arterial, existen una serie de alimentos que pueden ser de gran ayuda para estabilizar tu presión en unos niveles adecuados. Lo primero y más básico de todo, y que además puede surtir efecto en poco tiempo, es beber agua. Como ya hemos explicado, es frecuente que la hipotensión se deba a una falta de hidratación en el organismo, y por ello beber un vaso de agua o los que sean necesarios pueden revertir esta situación y hacer que la tensión pueda volver a sus niveles normales.
También el té o el café, tomados poco a poco y sin excederse, ayudan a incrementar la tensión arterial. Otra opción es el regaliz de palo, que se puede tomar directamente o en infusión, y que debido a su alto contenido en glicirrina puede regular la tensión. Lo mismo pasa con el chocolate negro, el queso, el bacalao o el jamón. Este último cumple esa función debido a su alto contenido en sal, que es un compuesto importante para elevar la tensión. Y es precisamente por eso por lo que las anchoas, altamente saladas, contribuyen a superar la hipotensión.