La Secretaria General de Instituciones Penitenciarias ha pedido dentro del recordatorio sobre el protocolo de seguridad con vistas a la Navidad que se extremen medidas de control sobre las llaves que dan acceso a dependencias de las cárceles y que se revisen los sistemas de grabación y de alarmas, tras la fuga de Valdemoro protagonizada por los hermanos Moñiz.
El protocolo, al que ha tenido acceso Europa Press, ha sido comunicado a los directores mediante un oficio de 14 de diciembre y lleva la firma del director general de Ejecución Penal y Reinserción Social, Miguel Ángel Vicente Cuenca. Pide que se adopten una serie de medidas internas «partiendo del análisis de las incidencias e incidentes regimentales acaecidos durante el presente año» y que se remita un informe desde cada cárcel antes del 13 de enero.
Fuentes penitenciarias consultadas por Europa Press señalan que este tipo de recordatorio es habitual que se haga tres veces al año, ante las vacaciones de Navidad, Semana Santa y verano, al objeto de solicitar que se extreme la vigilancia en previsión de suicidios o el consumo e introducción de sustancias estupefacientes.
Según estas fuentes, para este último oficio se ha tenido en cuenta los fallos detectados en la prisión de Valdemoro el pasado 5 de diciembre con la fuga de Jonathan Moñiz, alias ‘El Piojo’, y su hermano Miguel Ángel, que lograran dejar el módulo 9 acompañados de un tercer interno que, sin embargo, sí fue detenido en la huida.
Los hermanos Moñiz accedieron al almacén de la planta baja del centro penitenciario al parecer con una llave que habían fabricado. Según la investigación abierta, serraron los barrotes de las ventanas y salieron a un tejadillo, desde donde accedieron a las vallas, la última de ellas de siete metros, en una zona custodiada por la Guardia Civil.
Según las fuentes consultadas, las alarmas de seguridad de la prisión sonaron varias veces el día de la fuga, por lo que hay una investigación en curso para tratar de determinar los posibles fallos que pudieron desembocar en la huida de estos dos presos, buscados desde entonces, y que atesoran una veintena de detenciones ligadas a atracos y robos.
El documento fechado ayer mismo y firmado por el director de Ejecución Penal y Reinserción Social emplaza a los directores y a los subdirectores a llevar a cabo «una revisión y actualización de la normativa reguladora del funcionamiento de los diferentes departamentos así como de los procedimientos de seguridad complementarios».
Se menciona, por ejemplo, «el control de llaves» para advertir que se tiene que tener en cuenta lo dispuesto en el Reglamento Penitenciario de 1981 (artículo 310.c) que limita entradas y salidas de internos sin supervisión, citando que «los funcionarios deberán conservar en su poder las llaves correspondientes, practicando personalmente las operaciones de apertura y cierra de puertas».
Prisiones quiere que se tengan en cuenta las inspecciones de locales y dependencias de uso común, incidiendo en la necesaria revisión periódica de aquellos lugares dentro de las cárceles a los que se accede de manera puntual o habitual.
También se solicita que se preste especial atención a la revisión de los sistemas activos y pasivos de seguridad. En concreto, señala que todos los miércoles se deberá realizar un chequeo minucioso de muros, vallas, concertinas, barrotes y portes, así como el funcionamiento de vídeo-sensores, barreras microondas y sistemas de grabación e iluminación.
La persona responsable de este chequeo deberá ser el subdirector o subdirectora de la cárcel, siendo el encargado de establecer el protocolo oportuno que garantice la revisión del estado de los citados medios.
Otro de los puntos del protocolo se refiere a la coordinación con el responsable de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado encargado de la vigilancia exterior del centro penitenciario. En este punto, cita que el artículo 63 dispone que el director del centro penitenciario despachará diariamente con el jefe de la guardia exterior, quien deberá informarle de las incidencias del servicio y recibir instrucciones.
Éstas indicaciones se refieren a la revisión de los procedimientos de seguridad existentes y a mejorar la coordinación ante posibles incidencias, así como establecer pautas para la revisión periódica de elementos activos y pasivos por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Asimismo, las requisas en los patios deberán ser objeto de partes escritos, al igual que las rondas nocturnas de los funcionarios de Prisiones. Sobre las rondas, el documento señala que el jefe de servicio será la persona encargada de verificar la correcta ejecución de las rondas nocturnas.
Otro de los puntos hace alusión a reforzar medidas preventivas de cara a las fechas navideñas orientadas a evitar la introducción y consumo de sustancias estupefacientes, así como la prevención de suicidios, para lo que se recuerda la necesidad e realizar cacheos integrales.
En un apartado se menciona los «lanzamientos desde el exterior, así como la irrupción de las nuevas tecnologías, especialmente la utilización de drones para la introducción de sustancias estupefacientes, teléfonos móviles y otros objetos prohibidos». Para evitarlo se insiste en la supervisión diaria, «de forma previa a la apertura de los patios», y la necesidad de realizar una «revisión exhaustiva», también en las rondas nocturnas.