Miel: cómo reconocer una de verdad de las falsas

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Cada día más personas consumen miel. Es un alimento natural que edulcora, tonifica y calma. Todas esas personas que no pueden consumir azúcar, tienen aquí una estupenda opción para hacer más dulce su café o la leche del desayuno. Sin embargo, no todas las mieles son puras. Entre otras propiedades, es curativa y energizante. Además, es laxante y diurética. Pero, aunque nos pensemos que la fabrican los humanos, nada más lejos de la realidad. La miel es un producto realizado por las abejas.

Hay una gran variedad de mieles en el mercado. Dependiendo del polen de unas flores u otras, la miel puede cambiar de sabor, de color e incluso de textura. Sin embargo, no todo lo que nos venden. Algunos empresarios, para maximizar sus beneficios, le echan algunos químicos a la miel pura para sacar más cantidad. Otras fábricas no la venden pura, si no que la pasteurizan. Vamos a ver qué formas tenemos para detectar si este beneficioso ingrediente es puro o nos la están colando.

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La espuma

Otro de los experimentos que podemos realizar para saber si la miel que hemos comprado es pura o está alterada es usar un poco de vinagre. Con el vinagre en un vasito de agua pondremos un poco de miel encima.

Cuando se hace esta mezcla, saldrá una espuma. Esta espuma es la prueba de que es pura. En caso de que no salga ninguna espuma, tendremos claro que nos han dado gato por liebre.

Otra de los experimentos que podemos hacer es el de disolver una cucharada de miel en un vaso de agua. Si echamos esta cucharada y se disuelve, será falsa. La miel pura no se disuelve en agua.