Miel: cómo reconocer una de verdad de las falsas

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Cada día más personas consumen miel. Es un alimento natural que edulcora, tonifica y calma. Todas esas personas que no pueden consumir azúcar, tienen aquí una estupenda opción para hacer más dulce su café o la leche del desayuno. Sin embargo, no todas las mieles son puras. Entre otras propiedades, es curativa y energizante. Además, es laxante y diurética. Pero, aunque nos pensemos que la fabrican los humanos, nada más lejos de la realidad. La miel es un producto realizado por las abejas.

Hay una gran variedad de mieles en el mercado. Dependiendo del polen de unas flores u otras, la miel puede cambiar de sabor, de color e incluso de textura. Sin embargo, no todo lo que nos venden. Algunos empresarios, para maximizar sus beneficios, le echan algunos químicos a la miel pura para sacar más cantidad. Otras fábricas no la venden pura, si no que la pasteurizan. Vamos a ver qué formas tenemos para detectar si este beneficioso ingrediente es puro o nos la están colando.

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Diferencias entre miel pasteurizada y pura

Hay grandes diferencias entre la miel industrial y tratada y la miel pura. La pura es una sustancia que ha sido producida por las abejas. Este producto no ha sido ni purificado ni calentado. Tampoco se le ha añadido nada.

Se recolecta en la colmena y se introduce en un envase sin otro proceso. 30 gramos de miel contienen 20 tipos de vitaminas, aminoácidos y minerales. Es antioxidante, antibacteriana y antiviral.

Por su parte, la piel pasteurizada ha sido calentada a más de 65 grados. Así se destruyen algunos nutrientes y deja de ser útil para usos terapéuticos. Además, se cambia la textura, el sabor e incluso el color. Se carameliza y toma un tono más tostado.