Si uno coge a un personaje habitual de la televisión y se molesta en buscar imágenes suyas desde sus inicios en la “caja tonta” hasta la actualidad, es casi prácticamente seguro que se llevará una gran sorpresa. La gente, todos nosotros, cambiamos muy rápido y mucho más de lo que nos pensamos, pero apenas nos damos cuenta. No obstante, quienes salen en televisión van dejando un rastro muy evidente que nos permite seguir su evolución y sorprendernos con sus metamorfosis. Ese es el caso, entre otros muchos, de la presentadora Nagore Robles.
El mundillo televisivo es, por definición, un mundo en el que la imagen es lo más importante. Quien quiera dedicarse a eso, como hace Nagore Robles, poco menos que tiene que firmar un pacto con el diablo. Es necesario tener un aspecto eternamente joven, siempre renovado, siempre impecable ante las cámaras. Ni un desliz estético tolera la tele, y menos aún la televisión en la que se emplea Nagore Robles: MHYV, Gran Hermano, Sálvame y otros formatos por el estilo. Desde los inicios de su carrera, allá por el año 2009 como concursante de Gran Hermano, su aspecto físico ha dado un cambio más que notable.
3De buena ley
En paralelo a su papel en el espacio de Ana Rosa Quintana, Nagore Robles fue durante cuatro años colaboradora de este particularísimo programa emitido en Telecinco. Se trataba, al fin y al cabo, de un programa de juicios en el que amigos, familiares o exparejas trataban de solucionar sus cuentas pendientes con la mediación de la presentadora Sandra Barneda y de un grupo de colaboradores, entre las que se contaba Nagore Robles. Por allí se vieron todo tipo de historias, todo tipo de casos, y Robles tenía su opinión para todos ellos.
Tal vez allí, más que en ningún otro formato, la vasca dejó constancia de su carácter de armas tomar. Posiciones siempre contundentes, opiniones inflexibles y simpatías y antipatías inamovibles. Nagore Robles iba así poco a poco afianzándose como la chica dura de Telecinco. Y la jugada le ha salido a las mil maravillas.