Estudios recientes han descubierto que existen sustancias cancerígenas en algunos de los alimentos que tomamos normalmente. Es una afirmación dura de leer pero que no deja de ser realidad. Lógicamente esto tiene muchos matices, muchas de estas sustancias solo afloran si el alimento es sometido a ciertos procesos perjudiciales como los productos químicos que reciben durante su crecimiento en el campo, o bien cuando son consumidos cuando no se debe. Lo cierto es que la patata es uno de estos productos. Bien es sabido que el almidón que contienen las patatas tiene mucha letra pequeña, y entre esta se encuentra la que nos ocupará en este artículo. Si tienes estas patatas, no las comas, pueden provocar cáncer.
En lo relacionado a la patata, el problema viene a una sustancia que se produce al cocinarla a altas temperaturas. De hecho, la Agencia de Estándares Alimenticios del Reino Unido (FSA) llegó a lanzar una campaña de advertencias sobre el riesgo del cáncer asociado al hecho de cocinar patatas y otros alimentos que sean ricos en almidón a altas temperaturas.
Veamos cuál es el problema de las patatas:
5¿Cómo evitar la presencia de acrilamida en las patatas?
Es más difícil de evitar cuando cocinamos en casa, ya que no podemos manejar la temperatura de cocción, cosa que sí pueden hacer por ejemplo en restaurantes de comida rápida. Pero también hay métodos para evitar la proliferación de acrilamida en casa.
Las patatas cocinadas en la sartén son en las que abunda esta sustancia, pero esto se reduce cuando optamos por freidoras de aire y de aceite tradicional, donde podemos controlar la temperatura, que debe andar alrededor de los 120 grados, como ya dijimos.
Otras sugerencias para disminuir la acrilamida es que siempre serán mejor las patatas frescas que las congeladas, que no debemos guardarlas en la nevera y que es recomendable remojar las patatas durante media hora antes de freírlas.