Estudios recientes han descubierto que existen sustancias cancerígenas en algunos de los alimentos que tomamos normalmente. Es una afirmación dura de leer pero que no deja de ser realidad. Lógicamente esto tiene muchos matices, muchas de estas sustancias solo afloran si el alimento es sometido a ciertos procesos perjudiciales como los productos químicos que reciben durante su crecimiento en el campo, o bien cuando son consumidos cuando no se debe. Lo cierto es que la patata es uno de estos productos. Bien es sabido que el almidón que contienen las patatas tiene mucha letra pequeña, y entre esta se encuentra la que nos ocupará en este artículo. Si tienes estas patatas, no las comas, pueden provocar cáncer.
En lo relacionado a la patata, el problema viene a una sustancia que se produce al cocinarla a altas temperaturas. De hecho, la Agencia de Estándares Alimenticios del Reino Unido (FSA) llegó a lanzar una campaña de advertencias sobre el riesgo del cáncer asociado al hecho de cocinar patatas y otros alimentos que sean ricos en almidón a altas temperaturas.
Veamos cuál es el problema de las patatas:
3¿Cómo se forma?
La acrilamida se forma en la conocida reacción de Maillard, que no es más que la reacción que otorga al cocinar los alimentos ese dorado que tanto nos gusta. Azúcares y aminoácidos reaccionan juntos cuando se fríen los alimentos, por lo que se producen miles de productos químicos diferentes. Los niveles altos de concentración de acrilamida se registran principalmente en alimentos con alto contenido en almidón, como las patatas, cuando se cocinan a temperaturas superiores a 120° C.
En nuestro organismo, esta sustancia se convierte en glicidamida, sustancia que puede provocar mutaciones en el ADN.