Para muchas personas, el socarrat es lo mejor que tiene una paella. De hecho, seguro que aparte de concursos de la mejor paella del mundo, debe haber concursos del mejor socarrat. Y es que este elemento no es el arroz churruscado, nada más lejos de la realidad. El socarrat es una parte caramelizada que se crea entre el recipiente y el arroz. Son un par de milímetros en donde podemos pasar de hacer un plato de estrella Michelín, si está bien conseguido, a cargárnoslo, si hemos chamuscado el ingrediente principal. No es sencillo conseguir un buen socarrat, pero aquí te vamos a dar unos trucos para hacerlo.
Y es que para que se forme esta capa, se necesitan una conjunción de diferentes elementos: El caldo, el arroz y el fuego. Luego hay que contar con la mano experta del maestro paellero. Y finalmente, ese toque mágico que le da el hacer las cosas con cariño y amor. Entre valencianos y el resto del mundo se pegan por lo que es una paella valenciana. Unos le echan cosas al arroz, en tierras británicas incluso ponen hasta chorizo… La paella puede estar buena, ser incluso la mejor que te has comido, pero si incluye socarrat, ya estás jugando en otra liga. Apunta estos secretillos para deleitar a tus amigos en tu próxima paella con el mejor socarrat, que solo un valenciano podría conseguir.
22º secreto del socarrat: El líquido
Una de las cosas que debes saber a la hora de hacer una paella es que mientras haya líquido en el arroz, no va a producirse un tueste. Y también puede que no quede al punto. Hay que controlar cuánto líquido le echamos.
El arroz seco no es sencillo de hacer. Debemos ver que el sofrito esté deshidratado haciéndolo con calma y reduciendo su volumen. Se le podría echar cebolla, pero esta debería estar bien sofrita para que no nos “moje” el arroz a la hora de echarlo.
El caldo también es importante. Dependiendo de la altura a nivel del mar a la que estés, deberás calcular. A nivel del mar 1.100 mililitros son perfectos para 320 gramos de arroz. Tampoco hay que pasarse con los ingredientes añadidos. Si echamos más de la cuenta, nos lo cargamos.