El pan casero es una de las cosas más simples pero ricas que puedes hacer de manera casera. Siempre te va a quedar con un toque rústico que lo más probable es que te encante. De hecho, proliferan las panaderías que parecen boutiques de alta costura y a todos nos encanta probar panes deliciosos y diferentes cada día. Ahora que se comienza a valorar este alimento bien hecho, cada vez son más los aficionados a los fogones que se lanzan a hacer el suyo propio.
Muchos dicen que hacer este tipo de alimento es la cosa más sencilla del mundo. Agua, harina, sal, levadura o masa madre y ya estaría. Pero aún hay mucha gente que teme meter las manos en la masa, como si fuera la elaboración más compleja de la cocina. Quizá hacer una chapata de alguna región específica o uno de centeno con una masa diferente sea más complicado de hacer pero hacer una barra, un brioche o uno de molde es mucho más sencillo de lo que parece. Simplemente, lee esto y verás que delicioso te puede quedar.
3Amasa el pan
Al amasar, lo que estás haciendo es integrar los ingredientes y, al mismo tiempo, darles textura y consistencia. Es cierto que esto te llevará algo de tiempo, pero no que suponga un esfuerzo sobrehumano. Sin embargo, si tienes un robot de cocina con función de amasado no lo dudes y úsalo. Y si no es el caso, la mejor manera de amasar es mezclar primero los ingredientes secos (harina, levadura, sal o azúcar, según la receta) y después los húmedos (agua, leche, huevos, masa madre, etc…).
Mezclar un poco, dejar reposar 10 minutos tapado con un paño y después, ya sobre la encimera, amasar haciendo pliegues con la masa sobre sí misma es lo que tienes que hacer. Repite el reposo y el amasado tantas veces como sea necesario. Por último, para ver que la masa está lista tienes que ver que esté elástica y su aspecto sea liso. Cuando al extenderla, no se agriete ni se rompa rápidamente, significará que está preparada.