El Real Madrid venía de un momento muy complicado tras caer en dos oportunidades consecutivas, contra el Alavés y el Shakhtar Donetsk, por lo que la continuidad de Zinedine Zidane estaba en entredicho. Los resultados mandan y los últimos que ha obtenido el conjunto merengue no son muy buenos; sin embargo, lo que más preocupa es el juego tan pobre que había mostrado en esas derrotas. Sin ideas, sin planes de respaldo, sin nadie que aportara algo diferente; pero una vez más el equipo respondió en el momento de la verdad y ante el Borussia Mönchengladbach se quedaron con un triunfo que los mete en los octavos de final de Champions League. Aunque lo más importante fueron las sensaciones que dejaron algunas piezas claves y entre las que más se lucieron estuvo la de Lucas Vázquez.
Para muchos se había convertido en motivo de burlas y memes, pero el gallego ha aguantado y su trabajo arduo ha dado sus frutos. A pesar de que ahora se luce desde el lateral derecho, no cabe duda de que eso demuestra las razones por las cuales Zidane lo considera uno de los suyos; porque en los momentos claves no lo deja tirado y trabaja como el que más, así sea en una posición que no es la suya. Sin embargo, Vazquez también se esfuerza para dejar claro que no está en el Real Madrid de casualidad y ahora que su renovación está en el aire muchos se cuestionan porqué aún no ha firmado. Sus inicios no han sido fáciles y poco a poco ha ido escalando; pero ahora brilla con los propia en una escuadra en la que se espera que sean otros los que deslumbren.
1De Curtis para el mundo
Nacido en Curtis, una localidad de La Coruña, pocos podrían imaginar que de allí emergiera un talento tan increíble como el de Lucas Vázquez. Sus deseos por jugar fútbol lo llevaron a dar sus primeros pasos en este deporte con el Deportivo Curtis, pero desde allí daría el salto al Ural CF y en él comenzó a demostrar que realmente tenía un don especial para este deporte. Luego de buenas temporadas en el conjunto gallego decidió probar en las categorías inferiores del Madrid y sorprendió tanto que pudo quedarse para comenzar su historia de amor con el equipo merengue.
Desde que llegó al Real Madrid escaló en sus categorías inferiores hasta el momento en que le tocó estar a las órdenes de Alberto Toril en el Castilla. Si bien al principio no logró asentarse como titular, su polivalencia y esa virtud que tiene de casi nunca lesionarse lo convirtieron un un hombre vital; pero un futbolista así no se rinde y el gallego luchó hasta ser parte importante del equipo que logró el ascenso a la Segunda División en la campaña 2011-2012. Ya en el Castilla permanecería dos campañas más hasta que volvieron a Segunda B y después decidió que lo mejor para su carrera era irse cedido al no tener espacio en la primera plantilla.