Cabify ha defendido que abona el 100% de los impuestos correspondientes a su actividad en todos los países en los que opera, incluido España, donde afirma que su estructura societaria declara todos todas sus operaciones en el país y la correspondiente liquidación de impuestos.
La compañía de movilidad española asegura que así lo refleja el informe de auditoría en el que se presentan las cuentas anuales de la empresa, descartando de esta forma que cuente con una red en Luxemburgo u otros paraísos fiscales para minimizar el pago de impuestos.
El grupo recuerda en un comunicado que ha cerrado el «mejor ejercicio» de su historia en España, alcanzando una posición financiera «sólida», por lo que ha decidido apoyar el negocio de la sociedad española con el fin de abordar una progresiva recuperación con los recursos de caja necesarios.
Cabify obtuvo, a través de la firma Maxi Mobility Spain, un beneficio neto de 2,7 millones de euros en España, el primero que logra en el país, frente a la perdida de 1,8 millones contabilizada el ejercicio precedente, tras disparar un 54% sus ingresos y sumar 223 millones de euros.
Asimismo, aclara que Rakuten es accionista del grupo y beneficiario último «pero no la sociedad dominante» y defiende, una vez más, que sus conductores «no son falsos autónomos», puesto que «en su mayoría son empleados por cuenta ajena, contratados por empresas de transporte, sujetos al convenio laboral específico de la actividad y, en menor proporción, autónomos que cuentan con una licencia VTC para la prestación del servicio de transporte».