Tras unos meses muy duros de competición, mucho trabajo, exigencia y esfuerzo, Raquel Meroño se ha convertido en la flamante ganadora de ‘Masterchef Celebrity 5’ y lo hace de lo más orgullosa del grupo que ha formado junto al resto de sus compañeros. Reconociendo que tiene muchas ganas de volver al mundo de la interpretación, la empresaria nos habla de su amor reciente por la cocina y confiesa la relación que mantiene con su ex pareja y padre de sus hijas, Santi Carbones.
– Raquel, enhorabuena.
– Muchas gracias.
– ¿Cómo ha sido ganar Masterchef?
– Pues ha sido un viaje durísimo, pero con una recompensa inmejorable.
– Tú estabas ahí y tampoco destacabas demasiado.
– Sí, la evolución ha sido muy curiosa porque al principio nadie daba un duro por mí, incluida yo. Entré con muchos miedos de que no me echaran la primera o la segunda, luego ya como estaba estudiando tanto y me estaba preparando tanto de alguna forma algo hizo clic y ya empecé a entender a la olla desde dentro cómo digo yo. Empecé a darme cuenta de que iba la cocina, la magia y el arte de buscar, de mezclar, de sofreír, de buscar las temperaturas, de cocinar. Ahí se empezó a despertar el entendimiento y la magia.
– Me da la sensación que eres una persona muy responsable viéndote en el concurso.
– Sí, claro. Me encanta que las cosas salgan bien y me encanta disfrutar mientras que las cosas salgan bien. Soy una mujer muy disfrutona y creo que los objetivos son importantes, pero mucho más importante el camino porque conseguir grandes logros sin estar sufriendo no tiene ningún sentido.
– Además, tiene mucho mérito que estuviste cocinando con las manos llenas de ampollas y eso tuvo que ser doloroso.
– Eso fue lo peor porque además no solo fue ese fin de semana preparando el plato recién quemadas y cuando llegamos a la prueba de Dabiz Muñoz que estuvimos trabajando con chile* Tú cuando estás trabajando siempre te cortas un poquito los guantes y ahí empezó a colarse el chile, y terminé con las manos palpitando. También es curioso que durante el cocinado la adrenalina es alucinante. Durante el cocinado no me molestaban y una vez terminó empezó aquello a ponerme hasta enferma, me estaba mareando y todo.
– Has pasado de saber solo calentar el microondas a hacer cosas creativas como la comida de Bali. ¿Es verdad que solo sabías utilizar el microondas?
– Te lo prometo que yo jamás había cocinado en la vida, no me canso de decirlo que cuando era soltera hasta desayunaba fuera de casa. Venían mis hermanas a verme y me decía: ¿de vedad no puedes tener un litro de leche, hija mía? Era cómo que no, la cocina no.
– ¿Y con los compañeros qué tal? ¿Has hecho amistades que duran?
– Ha sido una maravilla. Estamos todos súper contentos con el grupo que han hecho este año. Todos los pequeños piques que se veían se quedaban siempre en cocina y hemos hecho una pandilla maravillosa. Hemos aprendido mucho los unos de los otros porque eso sí, el grupo era ecléctico porque cada uno era de su padre y de su madre, y creo que por eso ha sido tan hermoso y tan gratificante porque hemos podido convivir seres que no tenemos nada que ver y nos hemos enseñado un montón.
– ¿Qué te han dicho tus hijas?
– Mis hijas es que están en shock. Están cómo yo, me miran a mí y no se lo creen… Anoche se vino una a dormir conmigo y me decía: mamá, ¡qué has ganado! Estamos todavía intentando asumirlo.
– Las dos son riquísimas.
– Son riquísimas, son una belleza.
– ¿Tienen claro que quieren ser de mayores?
– Están dando unos bandazos. Primero decían astronauta, luego quería ser granjera, luego actriz, luego decoradora, ahora quiere cocinar… Hasta que no encuentren su propia vocación pues van copiando.
– ¿Le vas a sacar partido a esto a nivel profesional? Personal imagino que te tocará a ti hacer las comidas de Navidad este año.
– Por supuesto y encantada. Llevo un retraso de años que no he hecho absolutamente nada así que estoy deseando. Estoy deseando, llevo pensando en un menú… Lo he cambiado cinco veces, pero sí, ahora siempre cocino cuando hay invitados. Cocinar me supone un placer que no entiendo cómo he tardado tanto, he estado torpe. Antes me resultaba como para que tanto tiempo cocinando para que se lo coman en dos bocados…
– Hemos visto que con Santi tienes una relación estupenda y nos dio mucho gusto verlo.
– Sí, Santi es familia. Es como un hermano ya. Están las niñas, mis hermanas, Santi… Eso se lo prometimos a las niñas cuando nos separamos y lo hemos cumplido a rajatabla, además ya nos tratamos como hermanos. Está muy bien.
– ¿Cómo se presentan las navidades?
– Pues fíjate, ayer por ejemplo vimos el programa con mis padres por Zoom y luego vinieron mis hermanas, pero dejaron a los sobrinos fuera porque si no éramos ya más de seis o sea que esto es un rollo y es tan triste. Vamos a ver primero si amplían a diez, si hace un día bonito porque en vez de cena de Nochebuena hacemos comida de Navidad en un jardín. Estamos esperando a decidir a última hora, lo que sí está claro es que, pues ya está que, si no se puede un año, pues no se puede. Tampoco hay que meterle más drama del que ya existe, ya habrá tiempo de celebrar y ya habrá tiempo de ponerse al día en abrazos. Ahora vamos a intentar salir bien y salir de esta lo antes posible y un poquito de cabeza. Nosotros hemos hecho varios cumpleaños de esta manera y nos lo hemos pasado bien. De lo malo hay que intentar sacar lo mejor.
– ¿Tienes pareja ahora?
– No.
– Digo, cómo ahora puedes conquistar por el estómago pues para el siguiente.
– Para la próxima pareja le voy a dejar rodando.
– ¿Tienes algún proyecto a la vista?
– Me están hablando para un posible proyecto para ficción que ojalá porque es lo que más quiero ahora mismo. Voy a poner a todas mis neuronas a focalizar en una serie que es el amor de mi vida, la interpretación. Se quedó ahí por el camino y me muero por recuperar.
– La época de Bali que la recuerdas como la mejor.
– Si, tuve una casa en Bali durante doce años más dos de construcción y esos sabores los tengo guardados.
– ¿Por qué no te quedaste ahí?
– Bueno, porque España es un paraíso aun mayor que luego te pones a equilibrar y como en España poco. Ahora hay que recuperarse.