La Comisión Nacional de la Informática y las Libertades (CNIL), la autoridad francesa en materia de privacidad, ha sancionado con 100 millones de euros a Google y con otros 35 millones a Amazon por haber instalado en los ordenadores de los usuarios ‘cookies’ publicitarias sin consentimiento de estos.
En concreto, el regulador galo ha sancionado con una multa de 60 millones de euros a Google y con otros 40 millones de euros a Google Ireland. En el caso de la compañía fundada por Jeff Bezos, la sanción de 35 millones de euros ha sido impuesta a Amazon Europe Core.
La Comisión ha justificado los importes de las sanciones por la «gravedad del incumplimiento del artículo 82 de la Ley de Protección de Datos», destacando los «considerables beneficios» que obtienen las empresas a través de los ingresos publicitarios generados indirectamente mediante los datos recogidos por estas ‘cookies’ y señalando que, en el caso del motor de búsqueda, estas prácticas habían afectado a casi cincuenta millones de usuarios en Francia.
En este sentido, el regulador indicó que, tras la actualización acometida por Google en septiembre de 2020, las empresas han dejado de almacenar automáticamente ‘cookies’ publicitarias en las computadoras de los usuarios tan pronto este entraba a la web francesa del buscador, así como tampoco la web de Amazon en el país galo.
Sin embargo, la Comisión considera que el nuevo ‘banner’ informativo desplegado por las compañías aún no permitía a los internautas residentes en Francia comprender que estos rastreadores publicitarios se utilizan principalmente para mostrarles anuncios de publicidad personalizados y que aún no se informa claramente a los usuarios de la posibilidad de rechazar estas ‘cookies’.
En consecuencia, además de las multas administrativas, CNIL decidió imponer de forma cautelar una multa de 100.000 euros diarios a las compañías si transcurrido un plazo de tres meses no han modificado satisfactoriamente sus avisos.
Desde Google, un portavoz de la compañía ha subrayado la convicción de esta en su buen hacer a la hora de facilitar, desde el principio, información y controles claros, una sólida gobernanza de los datos a nivel interno, una infraestructura segura y, por encima de todo ello, productos útiles.
«La decisión de hoy, bajo las leyes francesas de ePrivacy, pasa por alto estos esfuerzos y no tiene en cuenta el hecho de que las normas francesas y la orientación regulatoria son inciertas y están en constante evolución. Seguiremos colaborando con la CNIL, a medida que realizamos mejoras, para comprender sus preocupaciones», ha indicado.
En el caso de Amazon, la compañía ha expresado su desacuerdo con la decisión de la CNIL y ha defendido el carácter prioritario que representa para la empresa la protección de la privacidad de los clientes.
«Estamos en desacuerdo con la decisión de la Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL) francesa. Proteger la privacidad de nuestros clientes es una de las principales prioridades de Amazon. Actualizamos continuamente nuestros protocolos de privacidad para asegurarnos de que satisfacen las necesidades y expectativas cambiantes de clientes y reguladores en pleno cumplimiento con todas las leyes aplicables en cada país en el que operamos», ha señalado.