El 76% de los fallecidos en carretera se produce en vías interurbanas, mientras que un 18% pierde la vida en autovías y solo un 6% tiene lugar en autopistas, según se desprende del informe ‘La siniestralidad vial en municipios pequeños’ publicado por el Real Automóvil Club de España (RACE).
El documento arroja que las carreteras convencionales y los municipios pequeños de menos de 20.000 habitantes son los principales focos de los accidentes graves. Así, pese a ser el 95% de los ayuntamientos españoles y acumular solo el 31% de la población, superan entre dos y cinco veces la media nacional de siniestralidad.
«Una persona tiene entre dos y cinco veces más posibilidades de ser víctima de un accidente de tráfico que en uno mayor de 20.000 habitantes», lamenta el club automovilístico.
Con más de 165.686 kilómetros de vías interurbanas en España, el 90% de ellas son de una sola calzada y en ellas se producen el 76% de los fallecidos en carretera. En este sentido, el 69% de estos se debe a accidentes por colisión frontal con invasión del sentido contrario y las principales víctimas son los ocupantes de los turismos implicados. Las principales causas son el consumo de alcohol y otras drogas (42%) y las distracciones (36%).
Ya dentro de los municipios pequeños el accidente mortal más repetido es el atropello (48% de los casos), con un 80% de víctimas que superan los 65 años de edad.
Por comunidades autónomas, los pequeños municipios de Cataluña, Galicia, Andalucía y Castilla y León son los que peores datos de siniestralidad acumulan, y los dos municipios más peligrosos son La Jonquera (Girona), de entre los que no llegan a los 5.000 habitantes, y Monforte de Lemos (Lugo), de los que tienen entre 5.000 y 20.000 habitantes.
Según el RACE, estos datos se explican por la antigüedad del parque automovilístico, acompañada de un mal mantenimiento de los vehículos, así como por los «desequilibrios demográficos» y las necesidades de inversión de las vías.