Son tal vez una de las parejas más llamativas, extravagantes y famosas de nuestro país. La actriz, modelo y presentadora de televisión Cristina Pedroche es una mitad de la naranja. La otra la forma Dabiz Muñoz, el cocinero punki y estrafalario que se ha abierto un hueco en un mundo de la alta cocina a base de imaginación y talento. Ninguno de los dos son personas diplomáticas, refinadas o discretas, sino todo lo contrario. A ambos les encanta el lío y el escándalo y, de una forma u otra, eso acaba pesando lo suyo en una relación de pareja.
Especialmente estruendoso, desordenado y caótico en sus actos y en sus palabras es Dabiz Muñoz. A este cocinero VIP no le avergüenzan sus orígenes populares, y hace gala de unos modales y unas costumbres muy poco convencionales. Además de por sus hazañas culinarias, Muñoz acostumbra a copar titulares y a dar qué hablar por declaraciones fuera de lugar o conductas y actitudes un tanto estrambóticas. Aunque la imagen que proyecta la pareja es de felicidad y máxima sintonía, pero lo cierto es que, como dice el refrán, “en todas las casas se cuecen habas”. También en la de Cristina Pedroche y Dabiz Muñoz.
2Pedroche intenta encubrir a Muñoz
La presentadora de televisión ha intentado en varias ocasiones encubrir o quitarle hierro a algunas de las liadas que ha protagonizado su pareja en el restaurante. Pese a que el suyo es uno de los establecimientos más exclusivos de Madrid, no han dejado nunca de lloverle críticas por la forma en la que trata a sus clientes. “Un macarra de suburbio”, escribió sobre él el periodista Salvador Sostres en ABC, que tras visitar el restaurante tuvo la impresión de que era “una manera de sacar dinero rápido”.
Y es que aunque Muñoz sea un gran cocinero, es muchas veces descuidado y caótico. Pedroche lleva mucho tiempo porfiando por ocultar o minimizar esos errores y tratar de mostrar solamente la parte positiva de su talento y creatividad. A veces es ciertamente difícil, y no sería de extrañar que Pedroche se agote de vez en cuando de defender a su pareja por más que crea en lo que hace. Pedroche, que es socia del negocio, utiliza su imagen para tapar los escándalos y las meteduras de pata del chef.