El FC Barcelona alcanzó la gloría en el 2015 al conquistar un nuevo triplete en su palmarés, gracias a un juego excelso y un poco más directo que en otros años; pero con la posesión característica de bandera. Esa final contra la Juventus fue realmente sublime y pese a las dificultades se impusieron de gran forma; no obstante, paradójicamente esa fue la última noche realmente impresionante del club azulgrana que a partir de allí a pasado sin pena ni gloria en una competición que se ha convertido más una fábrica de tristezas que la bendición que debería significar.
Desde esa ocasión en el 2015, el conjunto blaugrana se ha presentado en distintos escenario y aunque en algunos de ellos los árbitros los hayan salvado, en siguiente ocasión la caída ha sido mucho peor que si los hubieran dejado fuera en las primeras de cambio. El ridículo que han sufrido ha sido monumental en los últimos años y una vez más vuelven a experimentar esa sensación ante una Juventus que les ha agarrado la medida, pero se nota aún más el pesar en este Barça que, sin duda, es el que peor nivel ha exhibido en los últimos tiempos. Las derrotas han sido duras, pero ya hay tantas que a muchos barcelonistas les costará saber cual es peor.
5Una Juve que pinchó el globo ficticio
Sin duda cuando se dice que la Juventus le encontró la medida a este Barcelona, eso es porque es completamente cierto y todo comenzó con esa goleada que le propinaron en los cuartos de final de la Champions League 2016-2017. En esa instancia se enfrentaron ante un conjunto blaugrana que venía envalentonado gracias a una de las remontadas más grandiosas y a la vez tan polémicas que se recuerden; no obstante, rápidamente el equipo italiano se hizo cargo de reventar ese falso globo de la felicidad que los árbitros le habían creado al club catalán con un contundente 3-0.
Gracias a los goles de Dybala, por partida doble y con una actuación pletórica, y de Chiellini, la Vecchia Signora le demostró al Barcelona que su remontada ante el PSG había sido tan ficticia como las elecciones en un país comandado por dictadores. Esa goleada fue prueba fehaciente de que realmente el Barça de Luis Enrique ya había acabado y que además dejaría algunas secuelas, que como se ve justo ahora, ya han madurado para probar que el fin de una época comenzó justo con el primer ridículo de esta escuadra culé unas semanas antes de este.