Moody’s no espera fusiones de telecos españolas antes del segundo semestre de 2021

El previsible baile de fusiones y adquisiciones en el sector de telecomunicaciones europeo será protagonizado por movimientos domésticos, que en el caso del mercado español difícilmente se producirán antes de la segunda mitad de 2021, una vez completada la subasta de espectro de 700 MHz, y en la que todos los actores, salvo Telefónica por cuestiones regulatorias, cuentan con argumentos para tomar parte, según la agencia Moody’s.

A pesar del relajamiento reciente en la presión competitiva en precios en el mercado español, la calificadora de riesgos considera que existen muchos operadores y argumentos a favor de la consolidación, aunque no prevé ningún anuncio en el primer trimestre «ni hay ninguna urgencia al respecto».

«En España, el proceso de consolidación yo lo veo más en el segundo semestre que en el primero y no veo ningún tipo de anuncio antes de que finalice la subasta de espectro», ha señalado Carlos Winzer, vicepresidente de Moody’s Investors Service.

Entre las posibles parejas de baile de cara a potenciales movimientos de consolidación, la agencia apunta que una fusión entre Vodafone y MásMóvil «podría tener sentido», puesto que la evolución operativa de la filial de la británica «no ha sido todo lo buena que se podría esperar» desde su renuncia a los derechos del fútbol.

«La oportunidad de fusionarse con MásMóvil tendría mucho sentido, porque en algo que MásMóvil ha destacado es en la capacidad de ejecución y por la claridad de la estrategia de sus gestores», ha indicado Agustín Alberti, analista de Moody’s, para quien de esta hipotética operación «se podrían extraer sinergias considerables».

No obstante, la agencia ha recordado que los nuevos propietarios de MásMóvil tienen el compromiso de permanecer al menos un año y la compañía ha emprendido inversiones en Portugal, mientras que Vodafone está en proceso de sacar a Bolsa su filial de torres, por lo que Winzer ha expresado sus dudas sobre la capacidad de la compañía para acometer dos grandes operaciones al mismo tiempo.

«Creo que estarán de momento muy ocupados con esa transacción y no los veo meterse a la vez en dos operaciones de tanto calado», ha añadido.

Asimismo, Alberti ha apuntado que, en el caso de que una eventual fusión entre MásMóvil y Vodafone llegase a estar sobre la mesa, Orange podría tener interés, ya que MásMóvil representa una parte sustancial de sus ingresos mayoristas, «con lo cual ahí a lo mejor intentaría contrarrestar de alguna manera este movimiento».

En general, ha considerado que el resto de operadores presentes en España, salvo Telefónica por limitaciones de competencia, cuentan con argumentos para participar de uno u otro modo en el proceso de consolidación, incluyendo a Euskaltel, que en el pasado buscó crecer fuera de sus regiones de manera inorgánica, aunque con el plan de crecimiento orgánico a través de Virgin pueda estar menos interesado en compras.

EL DIVIDENDO NO PELIGRA.

Por otra parte, Moody’s ha advertido de que la ratio de apalancamiento de las operadoras puede empeorar en el futuro como consecuencia de los compromisos de inversión, a veces bajo ciertas presiones de los gobiernos, así como por las limitaciones en el crecimiento de los ingresos y en las mejoras del flujo de caja.

«Ahora mismo el sector no tiene capacidad de desapalancamiento», ha advertido Carlos Winzer, subrayando la presión al alza sobre las ratios de endeudamiento a medida que las empresas acometen los planes de inversión, algo que, en cierta medida, no se verá reflejado en las ratios publicadas porque se llevarán a cabo desde ‘joint ventures’ y compañías desconsolidadas.

Asimismo, Moody’s ha señalado que la intensidad de inversión necesaria en fijo y en móvil está aumentado, liderada por 5G y la fibra necesaria para desarrollar esta tecnología, lo que implica una doble inversión que ha llevado a algunos operadores europeos a crear vehículos en los que dan entrada a fondos de infraestructura para financiar en muchos casos fuera de balance.

«Para nosotros eso es un debilitamiento del modelo de negocio», ha afirmado Winzer respecto de esta tendencia al alza entre compañías que se ven más limitadas para financiar el desarrollo de las redes, mientras que las operadoras que puedan permitírselo acometerán en solitario la inversión sin socios minoritarios.

No obstante, el experto considera que en este momento no hay ninguna compañía que esté considerando un cambio en la política retributiva. «Algunas compañías tienen más presión que otras en cuanto a necesidades de desapalancamiento, pero no hasta el punto de un cambio sustancial en la política de dividendos», ha apuntado.