Si hay un tipo de pastel que se identifica con las fiestas de navidad que se avecinan, ese es el roscón de reyes. Como otras muchas tradiciones podríamos pensar que no data de tiempos tan lejanos, pero el origen del roscón data de la época de los romanos. Su origen data de fiestas que se realizaban en los finales de año dedicadas a Saturno con motivo de que se avecinaban días más largos tras el solsticio de invierno. En el siglo III, los amos escondían un haba por su casa para que los esclavos la encontrasen y ganasen un día libre. Posteriormente ese haba se metía en un pastel, que en aquella época eran unas tortas redondas con higo, dátiles y miel. El premio evolucionó, ya que al que le tocaba era coronado como rey de reyes y no tenía que pagar el próximo roscón. Se extendió por todo el mundo, por lo que vamos a ver cómo son los roscones de reyes que se preparan en otros países.
De hecho, el roscón de reyes actual no llegó a España hasta más o menos el siglo XIX, una tradición y una receta que «copiamos» a nuestro país vecino, Francia, y que comenzó en Madrid y Sevilla para luego trasladarse al resto del país y convertirse en una merienda obligada todas las navidades.
Veamos cómo son los roscones de reyes en otros países del mundo:
2Bolo Rei
Tras adoptar la receta de Francia, el roscón pasó por nuestro país e inevitablemente llegó a nuestros compañeros de península, los portugueses. Allí el pastel se llama Bolo Rei y comenzó a venderse allá por la mitad del siglo XIX.
Llegó a desaparecer con la entrada de la república, pero ha vuelto a las mesas portuguesas. Sus ingredientes son más parecidos a los que metemos en nuestro roscón, aunque con una forma más compacta ellos hacen la masa con frutos secos, pasas, piñones y un poco de producto de la tierra, el vino de Oporto