Se dice que la soca cáustica es uno de los nombres que se le da en Latinoamérica al hidróxido de sodio, hidróxido sódico o jabón de piedra. Esto no es más que un componente que se utiliza como base química para la fabricación de jabones y otros productos.
Aquel producto cáustico es aquel que produce corrosión y es capar de «destruir» tejidos orgánicos. Este término se le relaciona a aquellos componentes que tienen una base alcalina con un pH del 13.5. Algunos productos que entran como ‘cáusticos son la llamada lejía, que es un oxidante que se usa para desinfectar y el amoniaco.
La sosa cáustica es sólida pero también toma forma de solución líquida. Es un material blanco cristalino que se utiliza mayormente en el sector industrial.
Su uso es amplio pero mayormente se encuentra en productos de uso doméstico como limpiadores o industrial. Además, se puede conseguir a la venta en mercados y farmacias, pero el uso de este producto supone un cuidado pues es altamente corrosivo, lo que significa que puede destruir de forma irreversible.
Pese a ser un producto corrosivo, no es agente contaminante para el medio ambiente pero si peligroso para las personas que lo utilicen.
Sosa cáustica y sus diferentes usos
Aunque pareciera un producto bastante peligroso, la verdad es que forma parte de una larga lista de productos que ‘facilitan’ la vida cotidiana del ser humano como los productos de limpieza y desinfectantes.
La sosa cáustica se utiliza, como ya lo mencionamos, para fabricar jabones y una gran variedad de detergentes. Por ejemplo el blanqueador con cloro es una combinación de cloro con sosa cáustica al igual que los limpiadores de desagüe.
En lo que respecta al uso en el sector farmacéutico, la sosa cáustica se utiliza para fabricar una gran variedad de medicamentos y productos farmacéuticos. Desde una aspirina hasta medicamentos reductores del colesterol.
Mientras que en el sector energético, el hidróxido de sodio funciona para realizar celdas de combustible. Estas celdas son aquellas que sirven como baterías y producen electricidad de forma limpia. De hecho, estas celdas generan electricidad para ser aplicable en transporte, artículos de papelería o aplicaciones de energía de reserva.
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En el mismo orden de ideas, la sosa cáustica es fundamental en el tratamiento del agua, para controlar la acidez y ayudar a eliminar metales pesados del agua. Además, es un ingrediente para hacer hipoclorito de sodio que es un tipo de desinfectante del agua.
De hecho la sosa cáustica se utiliza en las piscinas, para elevar el pH del agua.
Si hablamos de producción de alimentos, el hidróxido de sodio funciona para el procesamiento de alimentos como aceitunas , eliminar la piel de los tomates, papas y otras frutas. Además funciona para prevenir el crecimiento de moho y bacterias en los alimentos.
Y aunque parezca insólito, en la disolución del material no deseado de la madera también se encuentra la sosa cáustica. Permitiendo obtener una celulosa prácticamente pura.
Este componente es tan funcional que forma parte de la fabricación de rayón, licra, explosivos, resinas epoxi, pinturas, vidrio y cerámica. Además, se utiliza en la industria textil para procesar telas de algodón. Sin olvidar que forma parte del procesamiento de metales, revestimiento de óxido, galvanoplastia y extracción electrolítica.
Lo que debes saber antes de hacer sosa cáustica
Pese a que es un componente que puedes adquirir en cualquier mercado o farmacia, es importante que sepas que puede ocasionar quemaduras e irritación tanto en la piel como en los ojos.
Por ello antes de manipular o fabricar la sosa cáustica, debes protegerte con guantes y lentes. También y si es posible cuidar el rostro con algún tipo de mascarilla y evitar complicaciones respiratorias.
También debes tener en cuenta que es un componente corrosivo y por tanto tiene un gran poder de combustión. Al disolver la sosa en agua o se neutraliza con ácido, tiende a liberar una gran capa de calor que puede encender todo a su paso. Toma precauciones y realiza el proceso al aire libre.
¿Qué necesitas para fabricarla?
- 3 litros agua destilada o agua de lluvia
- Cenizas (pueden ser las de horno a leña)
- Una olla de acero inoxidable
- Embudo
- Botella de vidrio
¿Qué debes hacer?
En la olla deberás mezclar el agua destilada o la de lluvia con las cenizas en proporciones de 1 parte de ceniza por 3 de agua.
Para corroborar que la cantidad de agua y ceniza está perfecta, puedes añadir una papa. Si flota tienes la cantidad perfecta, pero si se hunde deberás añadir más ceniza.
En caso que veas pequeños trozos de carbones en las cenizas, utiliza un colador para quitarlos. Esto lo harás mientras remueves constantemente la mezcla, quita todos los carbones que veas que flotan en la superficie.
Luego tapa la olla (no la cierres) y lo colocas a fuego medio durante media hora. Posteriormente dejas reposar durante 48 horas y luego deberás filtrar el resultado en una botella.
Esto lo harás con la ayuda del embudo y listo tendremos sosa cáustica. Guarda en un lugar fresco y apartado de la luz hasta que la vayas a usar.