La fabada asturiana es la receta tradicional de la gastronomía asturiana, la cual está preparada a base de fabes asturianas, chorizo, morcilla y cerdo. Este plato es el más conocido de la región asturiana, pero su popularidad ha sido tan grande que se ha extendido por gran parte de la península ibérica hasta convertirse en parte de la cocina Española. Si no sabes cómo preparar una rica fabada asturiana, con esta receta podrás hacerla en tu propia casa.
Receta
La preparación de este plato no es fácil ya que distintos factores pueden hacer que toda la receta se eche a perder. Puede que el fuego sea muy fuerte, no se desalen adecuadamente las carnes o incluso que el agua utilizada no sea apta para la preparación.
Pero a pesar de esto, lo más importante son los ingredientes, estos deben ser de calidad, ya que de ello dependerá que la fabada asturiana que prepares en casa esté al nivel de la receta tradicional.
Si bien no será una labor sencilla, se cumplir con todos las exigencias y seguir cada paso de forma adecuada, tu platillo quedará de rechupete y querrán presumirlo con todos tus amigos y familiares.
Debes tener en cuenta también que esta es solo una variación de la receta tradicional. Esta receta puede variar dependiendo de la región.
Ingredientes
- 2 morcillas asturianas.
- 2 chorizos asturianos.
- 3 hebras de azafrán.
- 200 gramos de hueso de jamón.
- 250 gramos de panceta curada asturiana.
- 500 gramos de fabes.
- Agua.
- Sal
Preparación
- En un recipiente con agua fría, deja remojar los fabes por toda una noche, unas 12 horas aproximadamente. No necesitar añadirle sal al remojo. Una vez que haya pasado este tiempo escurre las fabes y reserva hasta que llegue el momento de cocinarlas.
- En otro recipiente con agua templada deja remojar la panceta curada junto al hueso de jamón. Puedes dejar en el remojo durante la noche anterior junto con las fabadas.
- Para preparar las fabadas, vas a necesitar cocinarlas a fuego alto en una cazuela con la suficiente agua para que las rebase.
- Cuando alcance su punto de ebullición añade los chorizos, la panceta, las morcillas y el hueso de jamón. Recuerda mantener los chorizos y las morcillas en la parte superior para que de esta forma se eviten unas posibles roturas que puedan estropear la fabada.
- Cocina todos los ingredientes por unos cuantos minutos. Retira la espuma que pueda llegar a formarse en la superficie del agua ya que contiene impurezas, y al mismo tiempo desgrasas el caldo.
- Cuando hayan transcurrido 30 minutos a fuego alto, añade las hebras de azafrán diluidas con un poco de caldo de la cazuela.
- Luego de esto baja el nivel del fuego. Prueba el caldo antes de añadirle la sal ya que el hueso de jamón suele añadirle sal.
- Deja que la fabada se cueza por 2 horas a fuego bajo, procurando removerlas con cuidado y de manera constante con ayuda de una cuchara de madera para no romper las fabadas.
- Procura añadir agua fría durante esas dos horas para romper el hervor y lograr una cocción perfecta.
- Prueba una fabada, si está tierna significa que están listas. Procede a retirarlas del fuego y déjalas reposar por 1 hora.
- Luego de esto retira la morcilla, los huesos de jamón los chorizos y la panceta. Procede a cortar los embutidos en rodajas, trocea la panceta y provecha la carne del hueso. Reserva.
- Finalmente usa un plato hondo para emplatar las fabadas y luego coloca todas las carnes encima. Y listo.
Un consejo: la fabada sabe mucho mejor si la preparas de un día para otro, en especial si la haces en una cazuela de barro.
Beneficios y aportes
- Los fabes son ricos en fibra, lo cual te ayuda a prevenir el estreñimiento y mejorar el proceso de digestión.
- También aporta ácido fólico, el cual es ideal para embarazadas y niños, ya que previene mal formaciones y favorece el desarrollo y crecimiento de los niños.
- Además de esto los fabes contienen potasio, el cual ayuda a combatir la retención de líquidos y la hipertensión.
- Si bien las fabes no son ricas en proteínas, estas son complementadas por las que contienen las carnes de la fabada.
- Además de esto la panceta también aporta grandes componentes como el hierro, zinc, fósforo y otro nutrientes fundamentales para el organismo.
Si bien la fabada puede contener grasas debido a los embutidos, es recomendable que consumas la fabada de forma ocasional. En especial si sufres de hipertensión o padecer de algún malestar cardiaco. Pero puedes contrarrestas estos efectos al comer la fabada acompañada de alguna fruta, un trozo de pan o incluso un yogur.
¿Qué tal ha parecido esta fabada asturiana? ¿Cómo te ha quedado? ¿Te ha gustado? Comparte tú opinión en los comentarios.