El asma es una afección en la que las vías respiratorias se estrechan e hinchan y pueden producir mucosidad adicional. Esto puede dificultar la respiración y provocar tos, un silbido al exhalar y falta de aire. Para algunas personas, esta dolencia es una molestia menor. Para otras puede ser un problema considerable que interfiere en las actividades cotidianas y que puede producir ataques que ponen en riesgo la vida.
Por desgracia, tienes que saber que no tiene cura pero eso sí, sus síntomas sí que pueden controlarse. Dado que esta dolencia suele cambiar con el tiempo, es importante que colabores con el médico para hacer un seguimiento de los signos y síntomas y ajustar el tratamiento según sea necesario.
Síntomas del asma
Los síntomas del asma varían según la persona. De hecho, es posible que tengas ataques de asma con poca frecuencia, síntomas solamente en ciertos momentos, como cuando haces ejercicio, o síntomas en todo momento.
Los signos y síntomas del asma comprenden la falta de aire, dolor u opresión del pecho, sibilancias al exhalar, el cual es un signo común de asma en los niños. Por otro lado, problemas para dormir causados por falta de aliento, tos o sibilancia al respirar, también tos o sibilancia al respirar que empeora con un virus respiratorio, como un resfriado o gripe.
En cuanto a los signos que indican que probablemente el asma esté empeorando, estos suelen ser la dificultad creciente para respirar, que se mide con un dispositivo utilizado para comprobar el funcionamiento de los pulmones. Además de la necesidad de usar un inhalador de alivio rápido con mayor frecuencia.
Signos intensos de asma
Para algunas personas, los signos y síntomas del asma se exacerban en ciertas situaciones cuando esta dolencia se ha intensificado mucho. El asma provocada por el ejercicio, que puede empeorar con el aire frío y seco es una de estas situaciones. El asma ocupacional, desencadenada por irritantes en el lugar de trabajo, como vapores químicos, gases o polvo.
Por otro lado, el asma inducida por la alergia, desencadenada por sustancias transportadas por el aire, como el polen, esporas de moho, residuos de cucarachas, o partículas de piel y saliva seca derramada por los animales domésticos.
Si te ocurre esto, ve al médico urgentemente
Los ataques de asma graves pueden poner en riesgo la vida. Si en tu caso te encuentras en una situación así, vas a tener que colaborar con el médico para determinar qué hacer cuando los signos y síntomas empeoran, y cuándo necesitarás tratamiento de urgencia.
En general, los signos de urgencia por asma comprenden el empeoramiento rápido de la dificultad para respirar o de las sibilancias y la falta de mejora, incluso después de usar un inhalador de alivio rápido. Por último, también la falta de aire cuando haces la mínima actividad física.
Causas del asma
La exposición a varios irritantes y a sustancias que desencadenan alergias puede provocar signos y síntomas de asma. Los desencadenantes del asma varían de una persona a otra pero, en su mayoría, pueden incluir alérgenos aerotransportados, como el polen, los ácaros del polvo, las esporas de moho, la caspa de animales o las partículas de residuos de cucarachas. También infecciones respiratorias, como un resfriado común y actividad física.
Por otro lado, exponerte al aire frío puede ser una causa, los contaminantes del aire e irritantes, como el humo también. Ciertos medicamentos, incluidos los betabloqueadores, la aspirina y los medicamentos antiinflamatorios, como el ibuprofeno. Las emociones fuertes y estrés pueden ser causante del asma. Por último, la enfermedad por reflujo gastroesofágico, un trastorno en el que los ácidos estomacales se acumulan en la garganta.
Factores de riesgo
Se cree que varios factores aumentan las probabilidades de tener asma. Este es el caso de tener un pariente consanguíneo con asma, como padre o hermano; tener otra afección alérgica, como la dermatitis atópica, que provoca enrojecimiento y picazón de la piel, o la fiebre del heno, que causa goteo nasal, congestión y picazón en los ojos.
El sobrepeso es otro de los factores de riesgo, al igual que ser fumador y la exposición como fumador pasivo. La exposición a gases de escape o a otros tipos de contaminación es también uno de ellos y, por último, la exposición a desencadenantes en el ámbito laboral, como las sustancias químicas utilizadas en las industrias de la agricultura, la peluquería y la fabricación.
¿Cómo lo prevengo?
Realmente, no hay una forma de prevenir el asma pero sí que pueden diseñarte algunas estrategias para vivir con la enfermedad y prevenir los ataques. Vacúnate contra la gripe y contra la neumonía ya que estar al día con las vacunas puede evitar que la gripe y la neumonía desencadenen brotes de asma.
Controla tu respiración, con esto puedes aprender a reconocer los signos de advertencia de un ataque inminente, como tos leve, sibilancia al respirar o falta de aliento. Por último, identifica y trata los ataques a tiempo. Si actúas con rapidez, es menos probable que tengas un ataque grave. Tampoco necesitarás muchos medicamentos para controlar los síntomas.