Hace más menos 80 años, a las mujeres nos indicaron que teníamos más placer del que creíamos ubicado en un sector de nuestra vagina denominado el punto G. Es que por casualidad esta deliciosa condición no la descubre una fémina sino un hombre, el ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg, quien informó que el dulce hallazgo “fue por casualidad, mientras estudiaba la uretra femenina”.
Gräfenberg, quien después de comenzar como oftalmólogo su carrera profesional, cambió sus intereses médicos por la ginecología y, en especial, por el comportamiento del orgasmo femenino. Por ello queremos mostrarte cosas que no sabías sobre el punto G.
Mujeres y hombres se interesan en el punto G
La información que motivó a mujeres, y por su puesto a muchos hombres, comenzó a recorrer los medios de comunicación y despertó el interés a estudiosos de la materia. Precisamente en el año 1950 se publica un artículo titulado el “Papel de la Uretra en el Orgasmo Femenino”. En el texto se describía una zona de la cara anterior de la vagina por detrás del meato uretral que tenía una sensibilidad especial por estímulo directo. Este sería el Punto G. Aunque hay autores que indican que no saben si existe el punto G.
Las mujeres reaccionan
Cuando el punto G comienza a tener auge, surgen estudios científicos para saber dónde exactamente se encuentra. Datos indican que se realizaron investigaciones sobre el deseo femenino y el orgasmo, uno de ellos es el examen sexológico en las disfunciones excitatorias y orgásmicas femeninas del profesor en sexología, Helí Alzate.
Interés por la sexualidad femenina
Con base en los trabajos del profesor de sexología Helí Alzate sobre la erogenicidad vaginal, se plantea la importancia del examen sexológico femenino, en particular, cuando la mujer consulta que no siente placer al hacer el amor, concepto que los médicos tildan como disfunción orgásmica coital.
En su estudio el profesor Alzate describe brevemente el protocolo del examen y se ubica en el contexto de la valoración general de la función erótica femenina.
Por ser de relevancia el estudio, las principales conclusiones son:
1. En la gran mayoría de las mujeres existen una o varias zonas vaginales que, al ser estimuladas digitalmente, provocan la excitación sexual suficiente para alcanzar con facilidad el orgasmo.
2. El coito vaginal es una actividad poco eficaz para producir el orgasmo femenino.
3. Una evaluación pre tratamiento de las disfunciones orgásmicas coitales debería incluir la localización de las zonas erógenas en la vagina.
4. A la luz de estos estudios, deberán revisarse las teorías sobre las causas de las disfunciones orgásmicas en la mujer y modificarse los métodos sexoterapeúticos.
5. Es responsabilidad de los especialistas en ginecología el contribuir a la salud sexual, tanto reproductiva como erótica, de nuestra población.
¿Cómo funciona mis tabúes en todo esto?
Entonces te preguntarás si tenemos el punto G por qué algunas mujeres, en conversaciones con amigas, dicen no alcanzar el orgasmo durante el coito vaginal. La respuesta es que tu crianza, manera de ver el mundo y hasta tu madre y abuela tuvieron que ver mucho en el asunto.
Por eso, existen factores interpersonales, intrapersonales y socioculturales que influencian la percepción subjetiva del orgasmo en las mujeres. Problemas que a fin de cuentas afecta la vida de las féminas.
¿Es una disfunción sexual?
Sí, los problemas para alcanzar el orgasmo se encuentran clasificados como una disfunción sexual que requiere tratamiento y se han propuesto estrategias de manejo psicológico y ginecológico de las disfunciones orgásmicas femeninas.
Las Glándulas de Skene encargadas de lubricar
Sabes que existen unas glándulas que acompañan a la uretra en su zona más distal (es decir casi cerca del meato) llamadas Glándulas de Skene.
Las Glándulas de Skene y la eyaculación femenina
Científicamente, las glándulas de Skene, también llamadas glándulas uretrales, parauretrales, glándulas vestibulares menores, punto U y próstata femenina son glándulas situadas en la pared anterior de la vagina, alrededor del extremo inferior por la parte anterior de la uretra, que desembocan en el vestíbulo.
Estas glándulas están rodeadas de tejido, que incluye la parte del clítoris que llega hasta el interior de la vagina, el cual aumenta su irrigación sanguínea durante la excitación sexual.
Las Glándulas de Skene y su ubicación con el punto G
Las Glándulas de Skene se localizan en la pared anterior de la vagina, alrededor del orificio externo de la uretra, cerca del llamado punto G. En la vulva se observan cinco orificios alrededor de la vagina, el superior es la uretra, los dos siguientes son las dos glándulas de Skene y las dos glándulas inferiores son las glándulas de Bartolino.
Detrás de estos orificios se encuentra la desembocadura de los conductos de las glándulas de Skene.
Próstata femenina
Las Glándulas de Skene están poco desarrolladas, se consideran el equivalente a la próstata en el hombre y se piensa que guardan relación con la llamada eyaculación femenina.
Estas glándulas confluyen y desembocan por unos conductos muy difíciles de observar a simple vista que acaban muy cerca del meato de la uretra. La secreción de estas glándulas emite un fluido para lubricar la uretra y se produce más activación durante la excitación sexual.
Existen posiciones sexuales para estimular el punto G
Tú crees que el Punto G se descubrió hace 80 años. Pues no, porque ya el libro el Kamasutra, que es un antiguo texto hinduista trataba sobre la sexualidad humana y hablaba de posiciones eróticas que estimulaban el Punto G.
Y sabes cuándo se publica el Kamasutra, pues se desconoce una fecha exacta sobre su origen aunque se estima que pudo ser escrito entre el siglo 2 y el siglo 4 de nuestra era.
Algunas posiciones del Kamasutra
Según indican los conocedores en esta materia hay posiciones como la Flor de Loto, El Sapo y la Amazona que alcanzan estimular ese punto de placer o punto G.
Los hombres también tienen un punto G
No solo las mujeres tenemos un punto G. Los hombres también lo tienen. El punto G masculino es, en realidad, la glándula prostática ubicada en el interior del recto, a unos 5 centímetros del ano y en la pared que da hacia el frente.
Es un punto en el que existen muchas terminaciones nerviosas, por lo tanto es una zona muy sensible y erógena que también ellos disfrutan.