A cualquier cocinero inexperto o con poca confianza en sí mismo le asusta bastante cualquier cosa que sea “rellena”. Se da por hecho que todo lo que suponga vaciar un alimento y rellenarlo de nuevo está solo al alcance de cocineros expertos y con una habilidad probada durante años. Pero no tiene por qué ser así, ni mucho menos. Y, además, nunca es tarde para empezar si la dicha es buena, como dice el refrán. ¿Y qué mejor dicha que, de cara a la Navidad, deleitar a la familia con unos champiñones rellenos al horno? Posiblemente ninguna. Y merece la pena el esfuerzo.
Más que nada, hace falta paciencia y estar dispuesto a pelearse un rato con la cocina. Es un proceso artesano y que exige cuidado y dedicación, pero cualquiera con un mínimo de pulso en la mano es capaz de preparar con éxito esta deliciosa receta. Estos champiñones rellenos suponen un bocado ideal para poner como entrante en las cenas y comidas de las fiestas navideñas que se avecinan. Así que, si quieres sorprender a la familia y presumir de todo lo que aprendiste a cocinar en el confinamiento, aquí tienes una receta apropiada para ello.
2Lavar y secar los champiñones
Lo primero que hemos de hacer en el proceso es limpiar bien los champiñones. Necesitamos un recipiente hondo y grande, el cual lo vamos a llenar de agua fría y un poco de zumo de limón. En él sumergimos los champiñones y los frotamos un poco para retirar toda la tierra que puedan tener adherida a la raíz y al cuerpo.
Una vez que estén bien lavados y no tengan ya nada de tierra, es necesario secarlos utilizando para ello papel de cocina. Hay otras ocasiones y recetas en las que los champiñones se lavan sin necesidad de sumergirlos, pero ahora es necesario para que queden bien jugosos y empapados. De esta forma, luego no se secarán cuando los metampos al horno.