Las berenjenas fritas pueden llegar a ser un plato sublime, la receta es sencilla pero el acabado es espectacular. Eso sí, este alimento suele comportarse como una esponja y, si no conoces ciertos trucos, te arriesgas a que queden blandas y aceitosas. Pero simplemente es dejarlas en su punto para que puedas disfrutarlas al máximo.
Por lo que, para que esto no te pase y te queden bien fritas, crujientes y nada aceitosas, tendrás que seguir unos pequeños pasos que de normal no se suelen tener en cuenta. Unos tan curiosos como bañarlas en cerveza o algo tan fácil como dejar el aceite en su punto a la hora de freírlas.
3Fríe en aceite las berenjenas
Llegados a este punto, tendrás que tener el aceite bien caliente pero eso sí, ten en cuenta que no tiene que llegar a humear. Viendo esto, fríe las berenjenas en pequeñas tandas y no llenes demasiado la sartén, para que no baje la temperatura del aceite. De esta manera, poco a poco, conseguirás el toque perfecto para las berenjenas. Si echas más, ten por cuenta que el aceite bajará de temperatura.
Así, dejándola unos pocos minutos dentro de la sartén, llegarás a ver cómo cogen ese color doradito que te avisarán de que están en su punto. Habrás conseguido entonces hacerlas de una manera correcta y dejándolas perfectamente fritas. Seguro que lo notas en comparación a si las dejas algo más de tiempo o algo de menos, si es menos estarán poco hechas y se quedarán bastante duras.
