De las bebidas más placenteras que podemos tener en el mundo están los vinos. Pues sí, los mismos han llegado a nuestras vidas, no solamente para ofrecernos historia de la buena, porque detrás de una botella hay un proceso increíble hasta que llega a la comercialización, sino que también, representa ser el punto de encuentro para disfrutar y deleitar el paladar en los momentos más importantes de cada persona. Existe una diversidad sumamente mágica, y eso es algo que define el sentir más intrínseco de su nacimiento. Pero de los que mejor se posicionan están cava y champán. Estamos en presencia de dos verdaderas joyas de la gastronomía mundial, que no se cansan de ofrecernos el mejor atractivo.
En cierta forma somos adictos, en el buen sentido de la palabra. Nos conquistan sus burbujas, el olor, color, sabor, y un sinfín de propuestas que la verdad nadie en su sano juicio se quiere perder. Seguramente estás en un dilema por cual elegir. A veces piensas que son iguales, pero no es así. Tanto cava como el champán tienen sus diferencias y encantos. Desde luego que las burbujas son una seducción para todos, aunque hay más por descubrir. Te invitamos a que viajes con nosotros por este sendero del placer que solo te puede dar Que.es.
5El engranaje perfecto de cava y el champán
Si bien las uvas tienen procedencias distintas, cuando hablamos de cava y champán, es preciso destacar que la elaboración es toda un delicia, que comparten las misma particularidades. Estos son ejecutados mediante un proceso llamado “champenoise”. La sensación empieza a partir de un vino ya elaborado, es el que los expertos suelen categorizar como el vino base. Posteriormente, le colocan azúcar y levadura.
Cabe destacar que este apartado dura algo de tiempo. Es allí donde las levaduras se alimentan del azúcar, y se produce la fermentación en el interior de la botella. Para mayor atractivo, ocurre una reacción química de gas carbónico, es el mismo (C02), que es la base fundamental para que después salgan las burbujas.