A pesar de que Supervivientes es un reality show en el que los famosos ponen a prueba su resistencia mental y física, también se dan momentos más amables en los que podemos ver su mejor cara. No todo son discusiones por comida o pruebas extenuantes. Supervivientes les hace cambiar de mentalidad y, según la mayoría de los concursantes que han pasado por la isla, ha sido una de las mejores experiencias de su vida.
Estar en una isla desierta sin comunicación con el exterior y con pocas cosas que hacer, les deja mucho tiempo para pensar y reflexionar sobre la vida. Esta experiencia aporta una visión del mundo muy distinta para personas que tienen absolutamente de todo. Por este motivo, vamos a recordar los momentos más dulces de Supervivientes.
2MARÍA JESÚS RUIZ RECIBE LA VISITA DE JULIO
María Jesús Ruíz se convierte en la protagonista de todos los realitys en los que participa, y Supervivientes 2018 no iba a ser la excepción. La modelo lo dio todo en la isla, e incluso llegó a raparse el pelo para conseguir comer dos pollos asados con patatas como recompensa.
Uno de los momentos más recordados del paso de María Jesús por el concurso fue la visita sorpresa que le dio su pareja de entonces, Julio Ruz. La de Andujar se emocionó tanto al verlo que acabaron revolcados por la arena de la playa. La pareja demostró lo enamorados que estaban con besos y arrumacos y hasta llegaron a hacer el amor bajo la luz de las estrellas.
Como recibimiento a Julio, la organización le preparó una cena de fresas con nata. La modelo no se anduvo con remilgos y untó la nata en el pecho de su novio para lamerla sensualmente.