Las fotos más espectaculares (y aterradoras) de la Tierra desde el espacio

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Es el sueño de cualquier ser humano desde los orígenes de la conciencia. ¿Quién no ha soñado alguna vez con poder ver el planeta Tierra desde el espacio? Esa gigantesca bola azul y verde en la que vivimos, desde las alturas de la galaxia, tiene que ser un espectáculo realmente imponente y bellísimo. Durante miles y miles de años la posibilidad de hacerlo no existía, y solo quedaban los sueños, la imaginación y las especulaciones. En el siglo pasado fue posible mandar a seres humanos y a máquinas al espacio, pero solo unos pocos privilegiados, que se cuentan con los dedos de la mano, pudieron disfrutar de estas vistas.

Aquí en la Tierra los seres humanos de a pie hemos tenido que conformarnos con vídeos y fotografías que nos envían los satélites. Imágenes estremecedoras, de una belleza que seguramente nada tenga que ver con la que se pueda experimentar estando de verdad allí arriba. Ahora parece que, en no mucho tiempo, podrá ser posible y factible la existencia de algo así como un “turismo espacial”. El magnate Elon Musk, por ejemplo, director de Tesla, está trabajando en un proyecto en esa dirección. Claro que es de esperar que solo los millonarios podrán permitirse este viaje, y a los demás nos va a tocar seguir conformándonos con las fotografías.

 

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Un paseo con la Tierra de fondo

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Impresiona, y mete miedo, esta fotografía en la que aparece reflejado el que fue el primer paseo espacial de un astronauta sin ataduras. El valiente es Bruce McCandless, que se salió de la cabina en órbita del transbordador espacial Challenger para darse un garbeo por el Universo. McCandless está usando, y probando, un novedoso dispositivo de propulsión por nitrógeno controlado desde la nave.

Detrás del paseante, a miles y miles de kilómetros, vemos el planeta azul. No se llega a apreciar ni un solo centímetro cuadrado de tierra firma en la fotografía, sino que todo es océano y nubes. Un importante recordatorio para caer en la cuenta de lo minúsculos e intrascendentes que somos.