Pocas recetas tan nutritivas, completas y deliciosas al mismo tiempo. Las lentejas de toda la vida son una excelente fuente de vitaminas y proteínas y de sustancias muy necesarias para mantener nuestro organismo en perfecto estado. Aunque es un plato que entra bien en cualquier época del año, no hay duda de que un buen plato de cuchara se agradece especialmente en los meses de frío. Es decir, en ningún otro momento del año entran tan bien las lentejas como en esta época del final del otoño y en los meses de invierno.
“Lentejas, comida de viejas. Si las quieres las comes y si no las dejas”. ¿A quién no le ha dicho eso su madre o su abuela de niño? Aunque hacer lentejas tiene su truco y su secreto, y la receta admite infinidad de variaciones y de toques personales según los gustos de cada uno, la forma tradicional de cocinarlas no tiene mayor complicación. Vamos a repasar paso a paso cómo podemos preparar una deliciosa pota de lentejas a la forma tradicional. Además, puedes preparar lentejas en abundancia y tener comida para varios días.
2Manos a la obra
Hacer lentejas requiere un poco de anticipación. No puede uno decidir sobre la marcha ponerse a hacer lentejas, porque no le van a salir ni le va a dar tiempo. Y es que, para poder cocer en condiciones las lentejas, es necesario dejarlas en remojo toda la noche anterior al cocinado en agua limpia. Cuando vayamos a cocinarlas, eso sí, debemos cambiar el agua.
Pero antes de ponernos a hacer las lentejas en sí mismas tenemos que preparar el sofrito de tomate que las acompañará. En caso de vagancia extrema puede comprarse en el supermercado un sofrito ya hecho, pero siempre es mucho mejor dedicarle un rato a hacer uno casero. De este modo, las lentejas serán mucho más sabrosas y, además, disfrutaremos de los beneficios de las verduras que componen el sofrito.