El vestido de Cristina Pedroche en Nochevieja es ya desde hace unos años una tradición casi al mismo nivel que las uvas, los regalos y los polvorones. La presentadora y modelo madrileña, así como los directivos y programadores de su cadena, conocen perfectamente los mecanismos de la sociedad del espectáculo. A base de “polémicas” y de crear expectativas se gana audiencia en la que tal vez sea una de las noches más importantes del año para los canales de televisión. Ni más ni menos que las campanadas de Nochevieja: ¿cómo conseguir que los espectadores elijan poner La Sexta y no cualquier otra de las seis o siete opciones?
Ese es precisamente el papel de Cristina Pedroche en las campanadas de Nochevieja. Se sabe que la presentadora no se detiene ante nada, que no teme ser atrevida y que disfruta con un poco de provocación. Año tras año, el vestido de la Pedroche para Nochevieja ha sido objeto de expectativas y especulaciones, mientras que la interesada guardaba el secreto para que no se supiese nada hasta que llegase el momento de las campanadas. Pocas responsabilidades televisivas mayores que las de dar las campanadas, y lo cierto que es Pedroche ha sabido estar a la altura de lo que esperaban tanto en La Sexta como en Antena 3. Este año, por supuesto, volveremos a tenerla con un vestido de escándalo dándonos la bienvenida al año 2021.
6Campanadas del 2019
“Con esta escultura siento que me puedo comer el mundo, que soy invencible e imparable. Me siento más poderosa que nunca y muy orgullosa de todo mi equipo que me han ayudado para brillar así y que han hecho posible que este sueño se haya hecho realidad”, dijo Pedroche sobre el vestido que llevó en las últimas campanadas, las que dieron la bienvenida a este fatídico año 2020.
El último de sus looks nocheviejeros fue un imponente vestido inspirado en la mitología romana. Se trata de un vestido dorado, obra del artista Jacinto de Manuel, y elaborado a partir de fibra de vidrio reciclada. Según ha afirmado el creador, el dorado que recubre la prenda es una referencia a la manzana dorada de la discordia de la diosa Romana. “Se basa en ver lo bello en lo imperfecto, y al dotar a esa imperfección del influjo del oro no sólo se arregla el objeto, sino que se consigue ir un paso más allá creando algo nuevo, más poderoso», explicó el artista.