No es fácil la fama, por mucho que uno aspire a ella y la haya deseado durante toda su vida. Hay que pagar un peaje muy alto por entrar en ese mundillo de los elegidos. Los que salen en televisión, los que llenan conciertos, los actores, actrices y otra gente de la farándula que está en boca de todo el mundo. Pablo Alborán, como cualquier otro que se haya visto catapultado a ese mundo por su talento, seguramente que se habrá visto abrumado por las preguntas y el interés sobre su vida, su pasado y su intimidad. Gajes del oficio.
Pablo Alborán es un cantante malagueño de solamente 31 años, y que lleva ya unos cuantos en lo más alto de la escena musical. Es una persona tímida, cerrada y a la que no le gusta demasiado hablar de sus intimidades y de otras cuestiones personales. No obstante, cuando uno está en su posición muchas veces no le queda más remedio que asumir las preguntas sobre el tema y soportar las especulaciones que se hacen a propósito de la intimidad de uno en los medios de comunicación.
3«Voy a seguir siendo hermético»
Alborán no intenta cambiarse a sí mismo, aunque eso pueda hacerle no encajar en ciertos ambientes o le haga ser mal visto. Tanto su silencio y hermetismo en lo que respecta a su vida privada como sus desapariciones durante años contribuyen a dar una imagen misteriosa del personaje. Y él, asegura, no lo busca a propósito ni lo hace como estrategia de markéting ni nada parecido.
Sobre ese rasgo suyo de personalidad ha hablado recientemente en un programa de televisión estadounidense. ¿Tuvo que mentir para no decir que era homosexual? “Nunca he mentido, pero sí que es verdad que evitas el hablar. Y sí que es verdad que hubo un momento en el que dije: Oye, ya, este soy yo. No era miedo al rechazo, era miedo a que las cosas cambiaran. Y no ha cambiado nada». Y remató mostrándose orgulloso y reafirmándose en su carácter: “Yo siempre escuchaba, y no creo que tenga que ver con las preferencias, que la gente pensaba que yo era un chico muy misterioso, muy hermético. Voy a seguir siendo misterioso, hermético, porque ese soy yo también”.