A mayor exposición, mayor posibilidad de incurrir en el ridículo. Cualquiera que se dedique a la televisión no tiene más remedio que aceptarlo, y si no le gusta la idea ya sabe que tiene que cambiar de oficio. A los verdaderos animales televisivos, como María Patiño, aquellos que viven por y para ponerse frente a la cámara, no les importa demasiado que, de vez en cuando, se les vaya la cabeza y quedan en evidencia ante medio país. Cosas del directo. Y, además, para algo cobran una millonada.
Con dos décadas de experiencia en televisión, la presentadora gallega está ya de vuelta y media de todos estos temas. Lo ideal, por supuesto, es hacer bien el programa y que no haya sobresaltos. Pero si hay un desliz, un lapsus o se caliente la lengua más de lo que debería, pues a tirar para adelante. María Patiño no se achanta ante nada, y como presentadora destaca por su agilidad y su chispa para salir airosa de cualquier circunstancia. Aunque, como ser humano que es, también ella se equivoca de vez en cuando.
3Diente fuera
Hace pocas semanas escribíamos por aquí acerca de las múltiples operaciones estéticas a las que se ha sometido la presentadora gallega. Y, en ocasiones, tanto apaños y arreglos no dan más que problemas y hacen pasar momentos embarazosos. Fue en pleno directo, en un programa de Sálvame en el que Jorge Javier llevaba la batuta del programa. Él se dio cuenta, de pronto, de que a María Patiño se le había caído uno de sus dientes falsos.
“Ponlo aquí”, le dijo, ofreciéndole como superficie los folios en los que tenía escrito el guion del programa. Y la Patiño, ni corta ni perezosa, allí depositó su diente para que la audiencia pudiese examinarlo en detalle. “Menudo diente, chaval”, se comentó en plató. Ellla, por supuesto, no hizo más que reírse y tomarse a cachondeo la situación. Es, desde luego, la mejor forma de hacerlo. “He tenido un accidente”, dijo al cabo de un rato, con cara de circunstancia.