El auge de la red social Tik Tok ha sido espectacular en los últimos meses. Jóvenes y no tan jóvenes, anónimos y famosos, han caído presos de la atractiva aplicación música. Según datos de la compañía, más de cien millones de personas están activas cada mes en la plataforma. El fenómeno es arrollador, pero como todo en internet también tiene su parte problemática.
Estar mucho tiempo viendo y creando contenido en Tik Tok puede generar una adicción, siendo esta especialmente peligrosa entre niños y adolescentes. Por esta razón se recomienda a los padres que lleven cierto control de cuánto tiempo pasan sus hijos delante de la pantalla. Para ello, Tik Tok ofrece una función denominada ‘Control parental’ que te ayuda a limitar el consumo de la red social musical.
Esta característica no solo sirve para controlar cuántas horas pasan nuestros pequeños delante del terminal móvil, sino también para restringir el acceso de los mismos a contenidos que puedan herir su sensibilidad, de temática adulta o pornográfica. En QUÉ! te contamos hoy los pasos a seguir para que tu hijo use Tik Tok de una forma prudente y responsable.
3CUENTA PRIVADA
Nada más abrir una cuenta, y por defecto, TikTok crea un perfil público para que cualquiera pueda ver tus videos. Esto, como hemos comentado antes, puede acabar convirtiéndose en una ruleta de contenido inapropiado para los tuyos.
Para acabar con ello accede a ‘Privacidad y seguridad’ y marca el icono de ‘Cuenta privada’. Recuerda además que la aplicación ofrece la posibilidad de bloquear a cualquier usuario, si ves que está subiendo contenido malicioso, o incluso guardar los videos de tus hijos en privado para que no todos puedan verlos.
Otro de los grandes peligros de la aplicación es que su configuración predeterminada deja a cualquiera descargar los vídeos que se suben a los perfiles públicos. Esto también puede cambiarse a través de ‘Privacidad y seguridad’, donde se puede desactivar ‘Permitir descarga’.
En este apartado puedes marcar además las opciones «Quién puede enviarme comentarios» y «Quién puede reaccionar ante mí», muy interesantes para controlar quien interacciona con nuestros hijos.
