El 41 por ciento de los españoles reconoce que ha empeorado su salud emocional a raíz de la pandemia, de los cuales la mitad es por el desánimo y el 40 por ciento por el miedo y la ansiedad, según el informe ‘La salud de los españoles durante la crisis COVID-19’, que han presentado la Fundación MAPFRE y Salvetti .
No obstante, cerca del 60 por ciento considera, además, que su salud física «está igual que antes de la pandemia», el 19 por ciento que «ha mejorado», y un 22 por ciento que «ha empeorado», principalmente los jóvenes entre 20 y 26 años. Los más perjudicados destacan como causas principales el hecho de haber ganado peso (54%), hacer menos deporte (53%), sentirse más cansados (51%) y tener menos energía (49%) y más dolores de cabeza (42%).
La salud emocional ha sido la más impactada por la pandemia, especialmente en la franja de edad de 20 a 35 años. Cuatro de cada 10 españoles (41%) reconocen sentirse peor emocionalmente en estos momentos debido a la situación de incertidumbre (66%), menor estado de ánimo (51%), miedo y ansiedad (44%) e inseguridad, desmotivación y apatía (43%).
Aunque el siete por ciento reconoce sentirse «muy mal» a nivel mental, el confinamiento también ha hecho mella en los ciudadanos y un 25 por ciento considera que su agilidad mental y memoria han empeorado debido a un «mayor cansancio» (63%), estrés (51%) y dificultad para concentrarse (48%), así como para manejar la tensión del día a día (42%), entre otros factores. Las mujeres (28% frente al 21% de los hombres) y las personas entre 27 y 35 años, son las más afectadas.
Del mismo modo, el estudio, resultado de un total de 2.500 entrevistas que se han realizado en septiembre de este año, ha puesto también de manifiesto que el confinamiento se vivió como una etapa de reflexión; la desescalada, como una etapa de liberación física pero no emocional; y la nueva normalidad, como un momento de incertidumbre. Quienes más se han visto afectados son mujeres, jóvenes menores de 35 años, residentes en ciudades, hogares con mayor número de miembros y zonas con menor poder adquisitivo.
La salud en su conjunto es la gran protagonista y pasa a un primer plano para la mayoría de los españoles. Así, 9 de cada 10 cree que la salud es «muy importante en su vida», considera que «sentirse bien emocionalmente es tan importante como hacerlo físicamente», admite que el entorno y la falta de relaciones sociales afectan a su bienestar e intenta llevar hábitos saludables.
Además, siete de cada 10, declaran que les gustaría llevar un estilo de vida más saludable que el actual, y 3 de cada 10, confiesan que hasta que no ha llegado la pandemia «no han sido conscientes de lo importante que es la salud».
El coronavirus y la sanidad son algunos de los temas que en conjunto más preocupan (93%), por encima de la crisis económica (80%), el paro (59%) y el entorno político (45%), pero cuando el ciudadano mira hacia el futuro, lo que más le preocupa son las consecuencias de la crisis económica (56%), por encima de las consecuencias de la crisis sanitaria (44%).
Impacto económico negativo
En este sentido, el informe ha revelado que los encuestados han sufrido un impacto económico negativo, especialmente debido a un ERTE (29%), a la disminución de los ingresos (28%), reducción de jornada (16%), y despido (10%), entre otros motivos.
La investigación también ha permitido identificar los nuevos hábitos que están adoptando los ciudadanos. En salud, por ejemplo, la mayoría de los encuestados (91%) reconoce que ha cambiado o incorporado hábitos relacionados con la prevención, como el distanciamiento social (83%), evitar espacios cerrados y aglomeraciones (78%) y no utilizar el transporte público (50%), entre otros.
También son más conscientes de la necesidad de protegerse más. En este sentido, un 63 por ciento manifiesta que desinfecta más su hogar con productos específicos, y un 57 por ciento está reforzando su salud, prestando más atención a las revisiones médicas periódicas (31%), eliminando o reduciendo hábitos nocivos (25%) y desarrollando técnicas de meditación/relajación (21%).
En alimentación también se han producido cambios. En concreto, el 38 por ciento se alimenta de forma más saludable, un 40 por ciento prepara más comida casera, el 34 por ciento evita los alimentos procesados y el 25 por ciento consume más vitaminas.
En cuanto al estilo de vida, el 70 por ciento limita las salidas fuera de casa (bares y restaurantes); evita viajes largos (56%); paga con tarjeta o móvil en lugar de con efectivo (49%) y compra online (43%). Además, las relaciones sociales se reinventan para el 54% de españoles y en este sentido el 44 por ciento reconoce que pasa más tiempo con la familia y que organizan más «reuniones» virtuales e interactivas.
Un 36 por ciento ha comenzado a realizar más actividad física y el 32 por ciento trabaja desde un lugar diferente al habitual (teletrabajo). También ha crecido la concienciación por la sostenibilidad. El 43 por ciento manifiesta que compra solo aquello que verdaderamente necesita; el 33 por ciento recicla más; y el 44 por ciento apuesta por productos de proximidad y proveedores locales.
Finalmente, el estudio ha mostrado que Madrid es donde más han cambiado los hábitos de alimentación y el estilo de vida durante la pandemia; Cataluña y País Vasco, son dos de las comunidades más impactadas por los ERTES; en Canarias, Comunidad Valenciana y Galicia están más preocupados por las consecuencias económicas; Andalucía, donde consideran que más ha empeorado su estado de salud físico; y Castilla y León y Castilla-La Mancha, donde existe mayor percepción de miedo durante la nueva normalidad.