- La Doncella Chardonnay 2019, un blanco ecológico, fresco y aromático de Familia Conesa-Pago Guijoso, es el único vino español que ha conseguido situarse en el top ten de los mejores del mundo según el prestigioso concurso internacional Chardonnay du Monde, celebrado en Francia.
- La bodega Familia Conesa-Pago Guijoso, ubicada en la provincia de Albacete a 1.100 metros de altitud, cuenta con la denominación de origen Vino de Pago, el máximo reconocimiento a la calidad que otorga la legislación española en materia vinícola y que solo poseen otras 17 bodegas.
Fragante, sedoso y de una frescura que invita a seguir bebiendo. Así es La Doncella Chardonnay 2019 de Familia Conesa-Pago Guijoso, un vino con certificación de ecológico, que transmite a la perfección la esencia del particular terroir en el que nace y que llega al mercado tras haber sido elegido el Mejor Chardonnay de España 2020 y uno de los diez mejores del mundo por el concurso internacional Chardonnay du Monde.
El Chardonnay du Monde es el certamen internacional más prestigioso e importante para los vinos elaborados con esta uva originaria de Borgoña y se celebra en Francia cada año desde hace 27. En esta última edición, en la que se han presentado 658 muestras procedentes de 37 países de los cinco continentes, solo un vino español ha entrado en el top ten de los mejores Chardonnays del planeta: La Doncella Chardonnay 2019 que, como el resto de las referencias que se elaboran en Familia Conesa-Pago Guijoso, destaca por su limitada producción, su honestidad y frescura y su extraordinaria relación calidad-precio (5,60 € la botella en su tienda online).
Un terroir excepcional
La calidad de la Chardonnay de Familia Conesa-Pago Guijoso –una de las 18 bodegas que cuentan con la codiciada denominación de origen de Vino de Pago– radica en la particularidad del terreno en el que se cultiva. La bodega, de propiedad familiar, está ubicada en la comarca del Campo de Montiel (Albacete), en una de las fincas más fabulosas y mejor conservadas de Europa. Sus 2.000 hectáreas de terreno albergan numerosas especies animales –algunas en peligro de extinción– y vegetales –entre las que destacan sabinas de hasta 2.000 años–, así como diferentes cultivos que se trabajan en ecológico, incluyendo el viñedo.
Diseñado por el gurú de la viticultura mundial Richard Smart, está considerado como uno de los viñedos más elevados de España, con una altitud de 1.100 metros que, junto a su ubicación entre los parques naturales de las lagunas de Ruidera y la sierra de Alcaraz, propicia un microclima diferente al del entorno: de tipo continental, con fuertes contrastes de temperaturas entre el día y la noche y las cuatro estaciones del año bien marcadas, lo que propicia la maduración lenta de la uva. Es también muy especial para la zona el tipo de suelo, de guijarros que aportan mineralidad y confort térmico a la planta.
Buena climatología
En La Doncella Chardonnay 2019, dichas características se han visto reforzadas por la añada, caracterizada por una primavera de pluviometría media y un verano caluroso, de noches suaves, que han favorecido el perfecto equilibrio entre el grado de azúcar y la madurez fenólica de las uvas. El trabajo en bodega ha sido concienzudo: tras la fermentación, se ha realizado un batonnage semanal durante tres meses antes del embotellado para favorecer el contacto del mosto con sus lías y obtener un vino equilibrado, aromático y con un volumen inmejorable en boca.
Ideal tanto para chatear como para acompañar cualquier comida de principio a fin –va especialmente bien con mariscos, quesos, foie y los clásicos asados de ave navideños–, La Doncella Chardonnay 2019 presenta un color paja pálido con recuerdos verdosos muy limpio y brillante. En nariz tiene mucho empaque –predominan la piña madura, la manzana y el plátano– y en boca destaca su excepcional sedosidad.
La atractiva etiqueta de este vino ha sido diseñada por el ilustrador de fama mundial Eduardo Fraile y su nombre se inspira en una bonita leyenda sobre las viñas de Pago Guijoso: cuentan que, cuando las cepas eran jóvenes, una chica solía pasearse cada tarde entre ellas para ver caer el sol. Nadie la vio de cerca, pero todos coincidían en que era una doncella vestida con adornos de flores que cantaba versos de amor y que ese cariño fue transmitido a las plantas de las que brota hoy La Doncella Chardonnay.
